jueves, 31 de enero de 2008

Twitching en los Países Bajos (I)

Viernes 25 de enero, 18:30 horas. Estoy en Ribadeo seleccionando gorro, guantes, polar… ropa de abrigo, en definitiva. Intentando esquivar ese nerviosismo propio de víspera de viaje ornitológico procuro no olvidar el material óptico, a la par que escucho la llamada del timbre.

Llega desde Cariño Ricardo Hevia, recolocamos todo el material en una sola bolsa, y a eso de las 19:00 h. arrancamos hacia Oviedo para encontrarnos con el tercer integrante de la expedición en el aparcamiento de una conocidísima empresa de muebles. El bueno de Dani L. Velasco aparece cargado de optimismo e ilusión ante la posibilidad de ver los “bimbos” que tenemos entre ceja y ceja, si algo sobraba eran las ganas de ver aves.

A las 21:00 horas partimos en coche hacia Barajas, a donde llegamos a las 2:00 h. Después de dormir casi tres horas, facturar el equipaje, embarcar, etc…volamos a Eindhoven en la mañana del sábado.

Puntual como un reloj suizo, el avión aterriza –no sin alguna dificultad mínima- en la capital de la Phillips. Rápidamente recogemos el coche que habíamos alquilado vía internet y con muchos nervios, atravesamos toda Holanda de SE a NW en un par de horas, en busca de nuestra primera “víctima”: el porrón coacoxtle (Aythya valisineria), especialidad neártica. El ave, que ha aparecido en la localidad de Castricum en los últimos cinco inviernos. Dejamos el coche y caminamos un par de kilómetros por una hermosa ruta cicloturística repleta de deportistas, mientras que nos deleitamos con un inmenso cordón dunar a orillas del mar de Norte.

Tras una pequeña vacilación alcanzamos el lago de Castricum, para entrar en el concurrido observatorio de la orilla sur. Niños y mayores disfrutan allí de serretas grandes, porrones comunes, porrones moñudos, ánsares comunes y porrones osculados.


Mergus merganser. Bonito macho fotografiado en Castricum.

Me quedo absorto con un grupo de 10 serretas grandes, una de ellas un macho precioso. Tampoco le hago ascos a otro flock de porrones osculados, con esos brillos malvas tan característicos de los machos.


Hembra de porrón osculado.

Al momento Dani cree haber localizado al porrón coacoxtle, justo en el instante en el que una hembra de havelda se sumerge en la imagen de mi telescopio.

Efectivamente, un macho de porrón muy blanco de dorso dormita entre sus parientes europeos. “A ver si saca la cabeza”, nos decimos, mientras que los ornitólogos locales nos miran perplejos, no sin dejar de encuestarnos con toda una batería de preguntas sobre nuestra procedencia, objetivos del viaje, lugares óptimos para observar aves en España, etc…
Y el pato se presta al juego y comienza a desperezarse. Una primera visión desde lejos nos deja imágenes como esta:



En primer término, Aythya valisineria macho.

Lo miramos y remiramos para asegurarnos de lo que vemos y, sí, era lo que buscábamos. Ponemos pies en polvorosa hacia la orilla opuesta de la laguna, desde allí lo veríamos mejor.
Y vaya si lo vimos mejor. Buceando activamente…



¿Quien soy? Cabeza y pies en el agua, cuerpo fuera. Estética postura...

…y también mirándonos.


Macho de Aythya valisineria, más de cerca.

¡¡ Qué gozada!!. Nos recreamos con el ave hasta la saciedad, y pensando ya en el siguiente objetivo –y último del día- nos vamos a la vez que un reyezuelo sencillo anillado busca insectos entre los matorrales.

Cambio de registro y de hábitat. Atravesamos pastizales y algunos de los tradicionales canales hasta llegar a un archiconocido pólder (Pettenpolder) en el que invierno tras invierno se observan ánsares caretos chicos. Casi al llegar nos damos de bruces con un inmenso bando de gansos pastando, unas centenas de aves, casi en su mayoría ánsares caretos grandes. La impresión de ver tantos caretos grandes juntos nos deja boquiabiertos, algo que no por frecuente en Holanda impacta menos cada vez que se nos presentaba (que era casi de contínuo).

Inmersos en este grupo encontramos 7 barnaclas cariblancas y un ánsar piquicorto, pero ni rastro de caretos chicos. Miramos ave por ave, una a una, durante una hora. Entretanto el viento de SW no para de azotar, incordiando sobremanera nuestra labor, y las avefrías y chorlitos dorados forman grandes nubes en el cielo. Es complicado explicar en palabras lo que pasaba ante nuestros ojos.

Pisteamos un poco por la zona al “estilo Villafáfila”, con los nervios a flor de piel. “Tienen que estar” nos repetíamos constantemente, hasta que encontramos otro buen bando de ánsares.


Desde lejos escrutamos con los prismáticos para darnos cuenta de que eran más caretos grandes, así que probamos suerte de nuevo. Sacamos telescopios y vuelta a repasar las aves una a una. Ricardo y Dani cantan lo esperado: los habíamos localizados. No menos de 45 aves se movían agrupadas entre los caretos grandes. Es curioso, pero a los tres nos dio la sensación de que los Anser erythropus se diferenciaban bastante bien en el campo de Anser albifrons, incluido el característico y muy patente –a pesar de la distancia- anillo ocular amarillo.
Mientras caía la tarde y nos recreábamos en nuestra suerte a lo largo de la jornada llegó junto a nosotros un ornitólogo holandés con el que departimos un buen rato en inglés. En un momento dado, mientras hablábamos en castellano entre nosotros, el nativo nos sorprendió con un perfecto “¡¡coño, pero si sois españoles!!”. Increíble, lo que nos faltaba por ver (o por oir, vaya). Y con este buen amigo, casado tiempo ha con una moza oscense, acabamos la tarde a orillas de un desapacible mar del Norte, entre miles de gaviotas canas, grupos de tarros blancos, avocetas, muchas gaviotas argénteas, archibebes oscuros, gaviones atlánticos, miles de avefrías, etc…

Después de las despedidas nos dirigimos a Haarlem en busca de alojamiento nocturno; el viaje transcurrió entre comentarios, compartiendo las mejores jugadas del día. Al llegar, nos instalamos y salimos una hora a cenar algo.

El domingo había que madrugar, nos esperaban muchas más sorpresas…. (continuará).

viernes, 25 de enero de 2008

Una pausa europea

"La ocasión la pintan calva", como decía aquel magnífico spot publicitario de una conocida marca de conservas de pescado, allá por la década de los 80.

Los vuelos de bajo coste -low cost- ponen los más inverosímiles ecosistemas a nuestro alcance por sólo un pequeño puñado de euros. Y en estas fechas postnavideñas más.

Así que este se escapa hoy mismo con unos compañeros durante 4 o 5 días a pajarear por centroeuropa. A mi vuelta espero colgar bonitas imágenes que sirvan para alegrarnos la vista a los que nos pasamos de cuando en cuando por esta ventana abierta.

Un saludo.

martes, 22 de enero de 2008

Aigüamolls d´ Empordá, un lugar muy recomendable

Hay muchos lugares donde pajarear, todos lo sabemos. Cada cual tiene los suyos predilectos, habitualmente cercanos a nuestros puntos de residencia.

Yo, por ejemplo, no cambiaría por nada del mundo las costas del norte de Galicia; desde Cariño (con una variedad de ecosistemas envidiable en tan sólo 46 km2 de extensión) hasta Ribadeo, e incluso mucho más allá, ¿por qué no?.

Me gusta el Cantábrico.

Con todo, eso no es impedimento para haberse quedado uno prendado de los encantos de otros lugares. Tengo un buen amigo gallego que cada primavera desde hace algo más de un lustro vuelve cíclicamente a un mismo lugar del mediterráneo para disfrutar de un magnífico paso prenupcial, del que en Galicia estamos un tanto huérfanos.

Las reducidas dimensiones del área protegida, la enorme diversidad de especies, la posibilidad de ver rarezas y, por encima de todo, el buen hacer de ornitólogos locales como Jordi Martí hacen de este territorio catalán un opiáceo con un alto poder de adicción para los twitchers gallegos.

El lugar al que me refiero es, como el nombre de este post indica, Aigüamolls d´Empordá.

Este colega gallego enamorado del buen yantar en pueblos como Sant Pere Pescador nos ha “arrastrado” a dos cariñeses a las costas gerundenses hace un par de primaveras, y no veáis como hemos disfrutado. ¡¡Vaya si lo hemos hecho!!

Bisbitas gorgirrojos a diestro y siniestro, archibebe fino, mosquitero silbador, carricerín real, polluelas… todo un delirio.

Y luego, claro está, la posibilidad de encontrarse de bruces con un aguilucho papialbo (como sucedió esta pasada primavera), un papamoscas collarino, un zarcero icterino o váyase usted a saber con qué.

Sencillamente impresionante.

Por eso aconsejo encarecidamente la visita a Aigüamolls, es un punto para no perderse en cualquier fecha del año, aunque a los del norte nos encandilará entre finales de marzo y mediados de mayo.

Entre tanto, siempre podemos estar informados de lo que allí se cuece en su magnífica web
www.ornitho-emporda.cat (que también he colgado en el apartado oportuno de este blog).

Es un placer.

lunes, 21 de enero de 2008

Lago no defrauda (II). Y con sorpresa...

Comentábamos Rafa, Ferrán, José Luís y yo las novedades ornitológicas de la comarca. Por supuesto, no podíamos dejar pasar la presencia de una gaviota groenlandesa de 1º invierno vista hace una semana y en días sucesivos. Tal es así, que los propios colegas catalanes habían tenido la ocasión de observarla en la tarde de ayer.
Hoy probamos suerte en el canal de desagüe de la piscifactoría de Pescanova, donde la semana pasada parecía sentirse muy a gusto. Y, efectivamente, allí estaba.

Después de un corto vuelo sobre el canal decide posarse de nuevo en el agua, y fue entonces cuando caímos en la cuenta de que algo no cuadraba.
¡¡ No se trataba del mismo ejemplar observado el lunes día 14 por L.J.Salaverri y yo!!. Tampoco era el ave que Rafa, Ferrán y J.Luís había visto ayer, y que si coincidía con los rasgos de la que anteriormente habíamos descubierto.

Esta fotografía se corresponde con el ave de la semana pasada…



Larus glaucoides observada en Lago el día 14. Nótese el pico bicolor.

...y esta es la de hoy:


Larus glaucoides observada en Lago el día 21 de enero.

Obsérvese que la tonalidad del pico es totalmente diferente. El pecho también presenta una librea más clara.


El pecho de este esjemplar resulta también más claro.

Y una última fotografía:



Queda claro que la marisma de Lago no deja de sorprender a propios y a extraños, dos gaviotas polares o groenlandesas de 1º invierno en una semana. No está nada mal, ¿no?

Lago no defrauda (I)


Cuando llegué a la marisma de Lago ya estaban allí esperando los amigos provenientes de Cataluña. Rafa Armada, Ferrán López y José Luís Copete habían cumplido su objetivo de observar -en este viaje relámpago- el famoso Charadrius vociferus de Cecebre y la no menos mediática Anas discors de Lago. Con todo, se habían quedado con ganas de fotografiar a la anátida.

Eso habían intentado a primera hora, pero la distancia no permitió tal cosa.

Cambiamos la marisma por las dunas. En la playa un gran bando de láridos, entre los cuales se observan algunas L.michahellis anilladas y muchas, muchísimas, Larus ridibundus. En el mar un joven colimbo grande bucea incesantemente.

Y de las dunas a la laguna. Poca cosa, lo de siempre: un bandito de fochas, una pareja de silbones y una hembra de porrón moñudo.

Estos son los silbones:



Pareja de Anas penelope en Lago.

Y este el porrón...


Porrón moñudo hembra.

Y antes de marchar hacia otros lares, una paradita más en la marisma, donde el macho de cerceta aliazul se dejaba ver bien a lo lejos. Las fotos no hacen honor a la hermosura de esta ave. Pero es lo que hay.


En el centro, macho de Anas discors entre Ánades reales.


Cerceta aliazul macho.

Entre medias, una buena sorpresa a mayores que paso a contar...

domingo, 20 de enero de 2008

Una visita a la Terra Cha con Javi Cantil


Javi echando un vistazo en prados de A Espiñeira.

Viernes 18, climatológicamente hablando día de transición entre el fuerte temporal de SW de días atrás y el anticiclón que se avecina. Quedamos Javi y yo para acercarnos a la comarca de A Terra Cha para ver como está por allí la cosa.

En la laguna de Cospeito nos encontramos con la grata compañía de Gustavo Martínez, Victor Cabaleiro y la pareja de éste. En cuanto a las aves, poca cosa. Nos cuenta Gustavo que este año no ha sido nada bueno, y hasta parte de las anátidas invernantes parecen haberse ido.

La masa de agua es sobrevolada incesantemente por un nervioso bando de unas 200 avefrías. En la superficie, como más destacable, 4 porrones moñudos (2 parejas).

Tras una hora, y viendo que la cosa no daba mucho más de si, decidimos irnos a los prados de A Espiñeira en busca de pajarillos. Allí nos topamos con un halcón peregrino jovenzuelo, así como con algunos grupillos de zorzal real.
Ya cerca de las antiguas casas de colonos descibrimos un nutrido grupo de fringílidos. Entre ellos descubro rápidamente algunos pinzones reales, especie que junto el escribano palustre eran los objetivos de Javi.

El bando reunía a más de 40 aves, algunas de ellas preciosos machos.


Fringilla montifringilla macho y hembra. Algunos de los más de 40 presentes en A Espiñeira.

Luego de pasar por la Croa -sin mayores notas que destacar- regresamos por el mismo lugar. Más zorzales reales y pinzones reales, pero parecía que se nos escapaban los escribanos palustres.
No fue así. Un bonito bando de 22 aves nos esperaba en una orla de Salix sp. y, como sucediera minutos atrás con los pinzones, pudimos deleitarnos con las libreas ya avanzadas de los machos.

Con los objetivos cumplidos apostamos por una visita a la laguna de Riocaldo, en el municipio de Begonte. Después de 20 minutos llegamos...


Vista parcial de la laguna principal de Begonte.

En los abedulares de las orillas nos daban la bienvenida un confiado y móvil bando de lúganos. Sabíamos de la presencia de garceta grande y del neártico zampullín picogrueso, así que nos pusimos manos a la obra ya que el tiempo de marcharnos comenzaba a aproximarse. Lo primero que nos llamó la atención fue la presencia de 6 somormujos lavancos, todos ellos en aguas abiertas.


Podiceps cristatus. Especie reproductora en Begonte.

En estas aguas también observamos un buen número de cormoranes grandes, así como alguna que otra focha común y garza real.

Poco a poco fuimos rodeando la laguna hasta llegar a la orilla norte, en este punto la presencia de aves era mucho más acentuada. Inmediatamente nos llaman la atención por su blanquecino plumaje una garceta común y dos garcetas grandes. Las dos Egretta alba, una de espaldas a la otra, parecían estar enemistadas.


Egretta alba. No es una imagen de espejo, los dos ejemplares se daban la espalda entre si.

Al poco rato vimos muy cerca de las ardeidas numerosos ánades reales acompañados de 12 porrones comunes y 6 cercetas; en un impasse una hembra de gavilán nos sobrevoló sembrando el pánico entre las aves presentes.

Un par de ornitólogos se acercaban a nosotros. José Otero y Eva Villares fueron la última sorpresa que Begonte nos tenía reservada. Buenos conocedores de la zona, nos informan de que el afamado Podilymbus debería estar justo frente a nuestros ojos pero, por más que lo buscamos no apareció. Y es que, como es bien sabido por cualquier ornitólogo, no siempre se consigue todo lo que se pretende observar.

"Menos mal que a este ya lo había visto", me dije. Pena por Javi, que no pudo completar un repoker de ases en pocas horas. Pero bueno 3 especies nuevas para él: pinzones reales, escribanos palustres y garcetas grandes. Ya caerá en días próximos el zampullín....

viernes, 18 de enero de 2008

Más Larus glaucoides



Lo prometido es deuda. Aquí van unas cuantas imágenes de el ejemplar de Larus glaucoides observado en Lago el día 14 de enero. Son estas:


Larus glaucoides 1º invierno.






Vista dorsal de Larus glaucoides 1º invierno.

martes, 15 de enero de 2008

El mal fario de la avefría sociable

“Ya volvemos a tener peligro” sentenció mi amigo Luís J. Salaverri. Y tenía razón.
Mi respuesta fue una mirada cómplice acompañada de la pertinente sonrisa de medio lado, de esas que se podrían traducir como “ya sé a que te refieres, ya”.

Sin duda se hacía alusión a un affaire ornitológico que comenzó la pasada primavera lejos de Galicia, allá por tierras sorianas. Después de siete horas de coche –animadas, eso sí, por charlas ornitológicas- y de una pernocta en un hostal cercano a la divisoria entre las provincias de Burgos y Soria nos acercamos a una pequeña balsa de agua para intentar observar una avefría sociable (Vanellus gregarius) que había sedimentado unos días en la zona.

Una chaladura de viaje propia de unos twitchers, vaya. Jamás había realizado tantos kilómetros para ver única y expresamente un ave. Y el caso es que fallamos en la intentona; después de horas recorriendo la zona de la Vanellus ni rastro de la misma.

“Menudo paseito para nada” recuerdo que nos dijimos. En el páramo soriano no había demasiado en que entretenerse, ni siquiera esa charca (porque no era más que eso, una charca temporal) donde se suponía debería estar la avefría social o chorlito social (a muchos de nosotros nos resulta complicado cambiarle el nombre, acostumbrados al que -hasta hace poco- reflejaban todas las guías de campo).

Lo más destacado que vimos en el altiplano castellano fue –ironías de la vida- un águila pescadora que pasó de largo hacía el norte, ignorando totalmente el encharcamiento.
Y desde aquel día, la suerte no nos acompañó cada vez que coincidíamos Luís y yo en el campo. Parecía como si nos hubiesen echado un mal de ojo o algo…

Hasta ayer día 14 de enero.

Éramos como esa pareja de delanteros gafados con el gol cada vez que se encuentran juntos sobre el césped, errando una y otra vez ocasiones clamorosas. Ayer esa gaviota polar fue un tiro por la escuadra, una bocanada de aire para respirar.

¡¡Por fin!!. Fue en la playa de Lago, concello de Xove (Lugo). Una ejemplar de Larus glaucoides apareció desde la mar para adentrarse directamente en la marisma, haciendo una pausa en el emisario de desagüe de la piscifactoría que Pescanova (“lo bueno sale bien”, dicen ellos) tiene en la zona.
Y salió bien esta vez. El ave, que presentaba un plumaje propio del 1º invierno (aunque el pico ya mostraba caracteres más propios de un ave un año mayor, algo que “la Gulls” recoge como un suceso ocasional), consintió que nos aproximásemos para fotografiarla sin piedad.

Y precisamente su pico distintivo fue lo que nos facilitó poder diferenciar este ejemplar de otro visto en S.Ciprián hace unas fechas.

Era mi particular desquite a la ausencia de gaviotas blancas en Burela días atrás, cosa que ayer volvía a repetirse, ya que el puerto pesquero no nos sorprendió con nada especial.
El caso es que la racha negativa se rompió, y ya de vuelta a casa un par de zampullines cuellirrojos en la ría de Foz –localizados previamente por Luís- y los ya conocidos cisnes. Parece que cuando la suerte se pone de cara…

Me cuenta Luís que hoy la gaviota polar seguía.

Por cierto, que algunas de las numerosas instantáneas de la Iceland gull las subiré el
fin de semana, palabra.

¡¡Show must go on!!.

lunes, 14 de enero de 2008

Exotic Blog

Hace escasos instantes acabo de recibir un curioso -y a la vez sorprendente- mail.

Quien me escribe es Amila Salgado, un avezado birder natural de...¡¡tachán!! Sri Lanka. Ahí es nada.

Como sabréis, Sri Lanka (o Ceilán, para los nostálgicos...) es una pequeña isla situada en el océano Índico, en concreto en el golfo de Bengala y, por lo tanto, muy cerquita de la India. Una buena zona para ver -entre otras muchas cosas- la lechuza de Ceilán (o buho pescador).

En la cortísima vida de este mi blog, he recibido visitas procedentes de países europeos como Alemania, Francia, Reino Unido o Polonia, y de otros lugares lejanos como México, Argentina e incluso Hong Kong. Pero...¿Sri Lanka?.

Exotismo en estado puro.

En fin, aconsejo fervientemente la visita al blog de Amila, cuya dirección es: www.gallicissa.blogspot.com y que también pasa desde este mismo instante -y por derecho propio- a engrosar la lista de enlaces internacionales de este blog.

Espero que os guste.

Por cierto....¿no se parece demasiado Gallicissa a Galicia?. Lo que son las cosas...

P.D. Ayer por la tarde, en una visita relampago a la playa de A Concha (Cariño) en compañía de Ricardo Hevia, 2 Larus canus 1º invierno y un animoso grupo de 9 Arenaria interpres.

viernes, 11 de enero de 2008

Living A Mariña


Cygnus cygnus invernantes en Foz.

Semana esta de altibajos ornitológicos. De idas y venidas, de días de ocio sin mucho disfrute ornitológico.
Instalado por unas semanas –de modo totalmente coyuntural, y limitado de conexión wifi- en Ribadeo, a lo largo de estas pasadas jornadas algunas salidas puntuales a lo largo de la costa lucense, salidas de las que paso a daros rendida cuenta.

Dejadme antes indicar que el día 07.01.2008 en el casco urbano de Cariño (CO) 11 aviones roqueros hicieron mis delicias, con esos planeos llenos de dinamismo y visualmente tan plásticos. Una gozada.

Hecho el inciso, entro en las aventuras mariñanas.

El miércoles día 09.01.2008 sólo tuve tiempo para una fugaz visita al muro de Lamas, en la ría de Ribadeo.

¡¡Cuánto tiempo hacía que no me dejaba caer por la parroquia de Reme!!.

Para aquellos que no lo conozcan, el muro de Lamas es una barrera a modo de pequeño montículo peninsular que se introduce –desde la orilla gallega- en las aguas de la ría.
Usualmente el lugar, muy próximo a la carretera Lugo-Oviedo, es frecuentado por limícolas durante la pleamar.

Poca cosa encontré. Como más reseñable 12 archibebes claros, 4 garcetas comunes y un par de garzas reales.
En el canal principal, eso sí, multitud de anátidas. Capitanean los silbones europeos, pero yo preferí centrarme en los ánades rabudos y ánades frisos.
De los elegantes ánades rabudos –en mi opinión los más bellos de los patos junto con los tarros- me salieron 358 ejemplares; los ánades frisos vistos no superaron las 41 aves.

Al día siguiente, el jueves 10.01.2008, cambio de ría: Foz.


Para empezar, con la pleamar un muy llamativo grupo de limícolas en el tramo más interior. Entre otras lindezas, las siguientes:

- 39 avefrías
- 136 zarapitos reales
- 35 archibebes claros
- 1 archibebe común
- 50 agujas colipintas aprox. (y es que no paraban de cruzarse entre sí)

Entre las acuáticas señalar la aparente abundancia de silbones, los 5 cisnes cantores invernantes y la omnipresencia del ánade sombrío más famoso: Pepiño.


Después de encontrar a los viejos conocidos, me traslado a la playa de Os Fondás, para observar la bocana de la ría.


Vista del Foz desde la playa de Os Fondás.

Permíteme una pausa en la ornitología para hacerte una pregunta:

¿Cuántas grúas de obra eres capaz de contabilizar en esta imagen?:


Alguien debería poner coto al número de nuevas construcciones en A Mariña.

Y que conste que en la fotografía no salen todas ya que yo, a simple vista, computé hasta 17 armazones metálicos. Estamos destrozando el territorio y convirtiendo nuestros preciosos puertos en "pueblos fantasma" durante el invierno, y en pseudomarbellas en el verano. ¡Qué pena!

Vuelvo a las aves...

Y, para acabar, hoy viernes día 11.01.2008 me he pasado por el puerto de Burela. Tras el temporal de viento y agua esperaba encontrarme con alguna gaviota blanca, para que engañarnos…

Pero la suerte me esquiva.
Eso sí, el número de grandes láridos simplemente impresionante. Como más destacado, un mínimo de 16 gaviones atlánticos (el 50% adultos, porcentaje ciertamente bajo para estos lares), y un siempre llamativo bando de 53 bisbitas comunes –o bisbita pratense, como le dicen ahora- en una campa del puerto.



"Y tú...¿qué miras?". Eso parecía decirme este gavión burelés.

Hay que ver que pico se gastaba este "chavalote"....


Foto carnet de Larus marinus.

De regreso a Ribadeo, pasada muy fugaz por la playa de A Rapadoira, en Foz, para descubrir entre las numerosas gaviotas que el temporal parece haber sedimentado por doquier a un primer invierno de Larus melanocephalus y a un pequeño grupito de 3 charranes patinegros.
En la ría –y a ojo- los cisnes siguen presentes. Y vuelve a granizar…

sábado, 5 de enero de 2008

Escapadas por A Mariña

Anteayer jueves y ayer viernes dos salidass breves por los territorios de A Mariña; marisma de Lago –en Xove- y rasa costera de Rinlo, respectivamente.

El jueves, al llegar a Lago, búsqueda de la cerceta aliazul. En la laguna el habitual grupo de fochas, así como una hembra de porrón moñudo y otra, aparentemente, de silbón europeo. Y digo aparentemente porque como caía una tromba de agua inmensa la visibilidad no era la más adecuada desde dentro del coche. Pero ni rastro de la cerceta.

Así que, unos pasos más allá, me dispongo a escrutar la marisma. En la misma, un buen grupo de gaviotas reidoras se aprovechan de los despojos generados por la piscifactoría que Pescanova tiene en el lugar. Además, 19 ánades reales (9 parejas y una hembra solitaria), una garza real, una garceta común y un andarríos chico.



Vista de la marisma de Lago, Xove.

Pero la cerceta sigue sin aparecer.

Pues a la playa, me digo. En la orilla un buen grupo de láridos –casi todas gaviotas reidoras- entre los que destaca una gaviota cana de 1º invierno.



Larus canus de 1º invierno entre un bando de láridos.

En el mar bucean dos negrones comunes, dos zampullines cuellinegros y un colimbo grande.
Antes de irme un vistazo de nuevo a los canales del juncal, pero desde otro ángulo. Y sí…¡¡bingo!!, un precioso macho de cerceta aliazul felizmente vivo después de la batida ilegal sucedida hace casi un mes.
Y con esta observación cae la noche.

Ayer, sin embargo, decidí irme a Rinlo para encontrarme con las habituales bisbitas de richard. Antes, un vistazo a una pradera en la parroquia ribadense de Vilaselán, donde 12 lavanderas comunes se alimentaban. Lo más llamativo es que de las 12 aves hasta 7 de ellas mostraban los caracteres de la subespecie Motacilla alba yarrellii.


No está mal.

En cuanto a las richard decir que de un tiempo a esta parte varias personas no habían sido capaces de localizarlas aunque, a decir verdad, yo confiaba en un par de pequeños prados a los que de cuando en cuando solían desplazarse.

Pero llegué a los amplios prados y nada de nada. Ni fringílidos, ni bisbitas comunes (vi sólo cuatro), ni gorriones molineros, ni nada de nada.
Un cernícalo, un bando de 57 avefrías en vuelo E-W, un grupo de 50 cornejas y una cogujada común.



Galerida cristata en los prados de Rinlo.

Por cierto, que esta escasa especie en la costa gallega suele habitar en Rinlo algunos terrenos pisoteados por el ganado vacuno, tal que este...


Los terrenos con tierra revuelta son los elegidos por la cogujada.

Pero, más allá de estas especies, nada más. Ni rastro de pajarillos. Ni siquiera de ratoneros. Que cosa más extraña…

La película podría titularse “Algo pasa con Rinlo”. Habrá que volver en fechas venideras.