miércoles, 25 de marzo de 2009

La gaviota "1V3" ya es famosa

Me hago eco de la noticia -"vía Gaviotas y Anillas", que a su vez ha tomado nota del aviso del compañero Toño Salazar- que la prensa murciana ha llevado a sus páginas recientemente. Se trata de la historia de una gaviota patiamarilla mediterránea que ha tomado Cariño como su lugar de invernada; el animal es reconocible por haber sido anillado con un tubo de PVC en el que puede leerse "1V3".

No hemos sido pocos los que nos hemos encontramos de bruces con esta gaviota en diversas ocasiones; ahora sobre las naves portuarias, ahora en la playa de A Concha, ahora en las explanadas del puerto... Esta gaviota nació en la Isla Perdiguera, en el mar Menor, durante el mes de mayo pasado.

El caso es que en cuanto ha podido volar e independizarse se ha plantado en Cariño (en septiembre ya deambulaba por nuestra playa), y aquí se ha quedado. De este modo se suma a la colección de gaviotas nacionales (asturianas, baleares, vascas, catalanas...) y extranjeras (británicas, islandesas, noruega, holandesas..) que emplean nuestro arenal como lugar de invernada o de pausa en su paso migratorio.

Para algunas de ellas, la playa de A Concha es todo un referente, algo así como una estación de servicio en su autopista aérea.

Pinchando AQUÍ podréis ver íntegra la noticia de prensa.

martes, 17 de marzo de 2009

Comienza el paso de limícolas... ¡¡ y sorpresa local !!


Lunes 16 de marzo, 18:00 horas.

Un paseo por los prados de Rinlo, Ribadeo, siempre puede ser estimulante para ver que se cuece a estas alturas del año en el campo. Lo cierto es que en estas fechas de indefinición ornitológica, cuando buena parte de los invernantes ya se han ido y la inmensa mayoría de los migrantes subsaharianos no han llegado, personalmente salgo al campo "sin mucha fe". Si a todo ello sumamos una temperatura quizás excesiva para las fechas en las que estamos, pues la zozobra está servida. Este era mi panorama mental en el momento en que bajé del coche.

Y no me engañaba demasiado. Pájaros cero. Pero cero, cero. No más de 5 o 6 bisbitas comunes o pratenses (Anthus pratensis), 2 alondras (Alauda arvensis), una pareja de pardillos comunes (Carduelis cannabina) y nada más. La tranquilidad era excesiva, y los signos primaverales nulos. Bueno, si cabe la librea del macho de pardillo, pero no más.

Sin embargo todo cambió de repente, es un plis plas. Es increible como puede alegrársele la tarde a uno con tan poca cosa y en tan corto espacio de tiempo.

Llevaba yo una hora paseando cuando un reclamo repetido a lo unísono por varias aves en vuelo llamó mi atención. Se trataba de mi primer grupo migrador de Numenius phaeopus de la temporada. La cuadrilla de 36 aves decidió darse un pequeño homenaje en una de las praderas naturales, donde sus picos entraban y salían como estiletes de la tierra recientemente revuelta por el hombre. Luego del tentempié continuaron con su periplo hacia el este, y yo hacia el oeste.

Observar a los zarapitos trinadores me animó a tentar a la suerte un poco más, así que puse rumbo -antes de regresar a casa- hacia una zona de regadíos para probar la llegada de las buscarlas pintojas (Locustella naevia). Que menos que buscar a la buscarla...

Pero ocurrió lo que suele ocurrir. Ni rastro de las buscarlas y las inmediaciones del lugar de prospección claramente alteradas por la mano de hombre, con una intensa siega de silveiras -algunas de ella servían de lugar de anidamiento a las currucas cabecinegras (Sylvia melanocephala)- y otra vegetación.

Metido de nuevo en el coche bajo las ventanillas y me relajo escuchando los sonidos de las aves que aún se animan a la caída del sol. Y en ese momento salta otra sorpresa en forma de reclamo. "Un mochuelo", pienso casi al instante. Rastreo con la mayor premura posible el medio tratando de localizar el punto óptimo del que procede el chillido, llevando la vista de manera casi automática a un núcleo de casas. Algunas habitadas, otras abandonadas y en avanzado estado de deterioro. Y fue en una de estas últimas, la primera de ellas, donde una pareja de mouchos comenzaba a desperezarse con el ocaso. A pesar de que lugareños entraban y salían incesantemente de las casas anexas, los mochuelos los obviaban. Ni caso.

Es la primera pareja de mochuelos comunes (Athene noctua) que localizo en la Mariña oriental, toda una sorpresa local para mi. Veremos que da de sí esta nueva temporada reproductora para este dúo.

Tratando de rizar el rizo, y ya con las últimas luces del día, me aproximé a la antigua gravera de Barreiros, muy cerca de la ría de Foz para ver si la casualidad me guardaba una última sorpresa. No fue así, una de cal y una de arena. Como vino sucediendo a lo largo de la tarde.

Mejor no quejarse.

jueves, 5 de marzo de 2009

Cambio de imagen


Tras el aluvión Rhodosthetia rosea que durante las últimas fechas ha movilizado a varios cientos de ornitólogos españoles y extranjeros a Castilla la Mancha, y viendo que la cosa se va calmando con la aparente marcha del ave, me he relajado realizando -como cada 4 o 5 meses- un cambio en la imagen de cabecera de este blog.

Corvus albus, Oceanites oceanicus, Falco peregrinus e incluso los islotes de Os Tres Aguillóns (Ortegal, Cariño) han sido los protagonistas hasta la fecha. Pero, la verdad, dejar pasar la oportunidad de colgar una instantánea de la Pagophila eburnea fotografiada fechas atrás en Arcachón, La France, se me antojaba un lujo demasiado caro como para permitírmelo.


Se trata, sin duda, de la observación -que se tenga constancia- más próxima de esta especie a nuestra tierra. En España no tenemos ni el primer registro de esta preciosa gaviota que se reproduce en los fríos témpanos nórdicos del Gran Ártico, siempre mirando de reojo a los osos polares. Caerá, ya caerá...

Así que ahí la tenéis, blanca como el hielo. La famosísima gaviota marfil (o marfileña como ahora la llaman) del puerto ostrícola de Gujan-Mestras.


Como la disfrutamos aquel día Guille, Joan y un servidor...

miércoles, 4 de marzo de 2009

Ya están aquí


A mediados del S.XIX decía Gustavo Adolfo Bécquer aquello de "volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar...", y no le faltaba razón.

Ya están aquí, como cada año, marcando el inicio de una nueva estación. He de decir que esta temporada las anduriñas me han fallado en cuanto a su fenología de arribada a Cariño ya que se han adelantado, y notablemente. Mi primer contacto local de la temporada con estas aves se produjo el pasado domingo día 1 de marzo, fecha de contienda electoral en nuestra terra.

Revisando apuntes de años anteriores caigo en la cuenta de que esta especie presentaba un patrón de llegada muy puntual en nuestra villa, soliendo producirse la misma entre los días 12 y 14 de este mismo mes. Así por ejemplo, en 2004 fue el día 14 de marzo cuando se produjo mi primer contacto visual con las golondrinas cariñesas, curiosamente también a lo largo de una jornada electoral que a la postre llevaría a José Luís Rdz. Zapatero a la Moncloa. El pasado domingo el escrutinio también aventuraba un cambio de rumbo en la política, si bien en este caso en la autonómica.

¿Anuncian las golondrinas cambios políticos?


Hirundo rustica. Joven a punto de emanciparse (2008).

Más allá de esta curiosa casualidad, en cuanto pasen estos días que marcan los últimos zarpazos invernales a buen seguro que el aire de los pueblos, aldeas y -quizás en menor medida- ciudades se verá impregnado de una retahila de sonido rechinantes. Sonidos que en el subconsciente de muchos va parejo a la llegada de la primavera. Luego los vencejos pondrán en antesala al verano, estación en la que por las calles asomarán las jovencillas golondrinas...


Golondrina adulta cebando a sus pollos (2008).

Y así un año más. En agosto algunos ya estaremos embarcados a la procura de aves marinas o recorriendo arenales en busca de los primeros migrantes. Pero eso será en agosto. Ahora es marzo, el proceso se inicia de nuevo.