miércoles, 30 de julio de 2008
Como estaba la playa...
Playa de A Frouxeira, escapada fugaz de mediodía para observar el ejemplar de correlimos semipalmeado (Calidris pusilla) que había aparecido días atrás tras hacer escala en la marisma de Baldaio, tierra de Bergantiños. No todos los años se ve por estos lares una especie americana en pleno mes de julio, y mucho menos una de esta categoría.
Pensaba yo -inocente de mi- que a las 14:00 horas el arenal estaría más tranquilo en cuanto a afluencia de personal pero...
La playa hasta la bandera de turisteo...
Lo primero que se le plantea a un ornitólogo en una situación tal que esta es que respuesta dar a la primera persona que se dirija a uno preguntándole por su actividad ya que presentarse en un arenal lleno de gente en bañador (algunos/as sin él) con telescopio, cámara fotográfica con teleobjetivo, prismáticos... siempre levanta las suspicacias del personal.
Por supuesto, las miradas de reojo de los bañistas eran palpables. Unos 200 metros en dirección oeste me encontré con un grupo de limícolas, en su mayoría chorlitejos patinegros, aunque con presencia de un par de Calidris. "¡¡ A por ellos !!", me dije.
Grupo de limícolas. Calidris pusilla de frente a la derecha.
Efectivamente, allí estaba. Me paré un buen rato a disparar fotografías ante las caras de incredulidad de los paseantes, que no dudaron en hacerme un pequeño corrillo a unos metros de distancia. Las aves no parecían molestarse demasiado (la costumbre, supongo).
Vista de la palmeadura del Calidris pusilla.
A cada paso del ave traté de percibir su diagnóstica semipalmeadura, algo que no resultó especialmente complejo.
Vista posterior de la palmeadura de Calidris pusilla.
Finalmente, tras casi 45 minutos de avistamiento, decidí alejarme del lugar y retirarme. Las aves levantaron el vuelo en un par de ocasiones durante mi estancia -siempre posándose a escasos metros-, por lo que aproveché para tirar alguna instantánea en vuelo.
Correlimos semipalmeado volando.
Y ya de vuelta, en mi camino sobre las dunas, una bonita hembra de bulldog francés decidió jugar conmigo un rato, ante el asombro de los propietarios.
Ejemplar de "frenchie", con pelaje de la variedad "pied".
En fin, visitar la playa en verano es lo que tiene. Ya se sabe.
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1 comentario:
Noraboa, hay que tenerlos bien puestos para presentarse en la playa de esa guisa, yo no creo que me hubiera atrevido una vez visto el percal...
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