miércoles, 31 de diciembre de 2008

Y para acabar un gran año.... gaviotas polares para todos.


Se nos escapan los últimos suspiros de 2008, un año que en la comarca de Ortegal ha sido especialmente pródigo en cuanto a observaciones de aves interesantes.

El calendario anual abría con un invierno muy seco, al que seguiría una extraña primavera en lo climatológico. Mucha lluvia. Y ya se sabe, las aves están muy condicionadas por el clima... Resultado: la mejor primavera en lo ornitológico que uno recuerda por estas tierras.


Cantidades nunca antes registradas de garzas imperiales (Ardea purpurea), elanio azul (Elanus caeruleus), buitres leonados (Gyps fulvus) y negros (Aegypius monachus) y hasta la primera observación gallega de aguilucho papialbo (Circus macrourus) son algunas de las "lindezas" que se dejaron caer por Ortegal.

El estío supuso el estreno del Aula do Mar como navío de uso ornitológico. A 20 millas al norte de cabo Ortegal, gaviotas de Sabine (Larus sabini), págalos raberos (Stercorarius longicaudus), pardelas capirotadas (Puffinus gravis) y paíños de Wilson (Oceanites oceanicus) -entre otras muchas especies- hicieron las delicias de no pocos tripulantes, con alguna que otra jornada memorable. En Estaca de Bares la estrella fue el Pterodroma feae, bimbado hasta en dos ocasiones por mi amigo Ricardo Hevia.

Luego llegó el otoño, con su interesante migración y la presencia de más sorpresas como la que nos propició David Martínez con "su" collalba desértica (Oenanthe deserti), u otras cosas prestosas como los escribanos nivales (Plectrophenax nivalis), hasta finalizar encontrándonos con algunas gaviotas polares (Larus glaucoides) en la playa de A Concha. El invierno entró hace escasos 10 días, y no pudo hacerlo de modo más rutilante.


Todo esto viene a cuento de que el pasado día 29 de diciembre Jordi Martí, Ricardo Hevia y un servidor hemos tenido la inmensa fortuna de pulverizar el record de gaviotas polares observadas en una sola jornada en la península ibérica, además de disfrutar de otras especies como los 3 colimbos, zampullín cuellirrojo (Podiceps auritus) -todo un emblema por estos lares- o varios correlimos oscuros (Calidris maritima).


Larus glaucoides 1º invierno.

Si no me falla el servicio de documentación, hasta la fecha la mayor concentración de ejemplares de este lárido había sido registrado en la gallega Costa da Morte, con un cómputo máximo de 3 aves. Pues bien, también esta circunstancia se ha visto sobrepasada en esta ocasión: 4 individuos en Cariño y otros tantos en Lago, Xove. Todas las aves mostraban librea típica de 1º invierno.

Subo 6 imágenes que se corresponden con las 4 aves de Lago. Difícil explicar la sensación de localizar 4 polares sin mover los pies del suelo, solamente girando el cuello. Esta era la más lejana, en los tejados de la piscifactoría...


Gaviota polar en un tejado.

La siguiente, otra habitante de los tejados, pero un pelín más próxima a nuestra posición.


Típico plumaje de Larus glaucoides 1ºw.

Y hasta pudimos observar sus gestos intimidatorios dedicados a la gaviotas patiamarillas (Larus michahellis).


Marcando las distancias.

Como digo, rotando el cuello pudimos localizar otros dos ejemplares posados al pie de los canales. Uno era este.



Y el último este otro...


Vista lateral de Larus glaucoides.

En fin, como digo, polares para todos y un día difícil de olvidar. Jordi había dado en el clavo con sus fechas de visita a nuestra tierra.

Todo un colofón para un gran año. A ver que nos depara 2009...

Por lo pronto, desearos a todos los visitantes de Galician Birding (durante el 2008 más de 34.000 usuarios) y a aquellos futuros internautas que nos hagan el honor de visitarnos un Feliz Año 2009.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Feliz Navidad


A punto de rematar el año 2008 -que dejó en nuestras mentes magníficas e intensas jornadas de campo- e inmerso de lleno en mis vacaciones laborales, me subo al carro de las felicitaciones navideñas con esta foto de vuelvepiedras (Arenaria interpres) obtenida hace tiempo en la costa ribadense.



Ojalá el entrante 2009 nos depare no menos interesantes días de campo que los ya vividos, con los prismáticos al cuello y el trípode al hombro.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Chorreo de glaucoides y otros


Como muchos ya sabrán, en las pasadas jornadas -caracterizadas por vientos de componentes N-NW- han traído a las costas del norte de Galicia algunos ilustres visitantes.

Para comenzar, en la playa de Cariño ya tenemos 2 Larus glaucoides de 1º invierno desde el pasado domingo, fecha en la que además fueron localizadas otros dos ejemplares de esta misma especie en la costa lucense.

El primer zampullín cuellirrojo (Podiceps auritus) del otoño-invierno ha caído ya en la ría de Ortigueira, a la postre uno de los dos únicos reductos invernales regulares -el otro es Santoña- en el Estado que tiene este pequeño buceador.

También colimbos de las tres especies habituales han ido haciendo acto de presencia en los canales del amplio intermareal ortegano, lo mismo que algún ánsar común (Anser anser), zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis), etc...

En fin, seguimos a la espera de noticias de más amplio espectro para poner patas arriba a algún que otro twitcher. Todo a su tiempo.

martes, 2 de diciembre de 2008

Siempre nos quedará A Concha


Hoy no era una mañana como la de cualquier otro día de otoño, no señor. Lo cierto es que el fin de semana había dejado su huella, su impronta, en forma de blanca nevada. Tras el frío meteoro toda suerte de calificativos emanaban tanto de las bocas de documentados meteorólogos como de las ya recelosas entrañas de los más viejos del lugar: ya se sabe, desde el "nunca se había visto una nevada tan copiosa en fechas tan tempranas" hasta el manido recurso del "cambio climático".

Sea por lo que fuere, un chavalín deslenguado diría que hacía una rasca del quince. Y no le faltaría ápice de razón.

En Rinlo los pajarillos brillaban por su ausencia entre chaparrón y chaparrón. Parecía como si el granizo los hubiese barrido a todos ellos de la faz de la tierra. Tan solo las intrépidas bisbitas parecían querer desafiar al gélido aire procedente de las cimas blancas circundantes.


Anthus pratensis.

Apenas tuve un instante para pistear antes de partir hacia Cariño bien temprano, pero fue tiempo suficiente para encontrarme con un par de bisbitas de richard (Anthus richardi), invernantes regulares en la zona desde hace unas temporadas. Con la práctica uno aprende a localizar a estas aves "de oído" ya que su característico reclamo no suele permitir mucho margen de error a poca pericia auditiva que uno demuestre.

En Rinlo -como en todas partes- esta especie gusta de prados amplios, aunque muestran una especial querencia aquí por apostarse en los tendidos eléctricos de cuando en cuando. Y de esta guisa tiré esta horrorosa instantánea:


Anthus richardi en Rinlo.

Por la mañana no es extraño encontrarse de bruces con aquellos que buscan el desayuno entre las hierbas, tal es el caso del esmerejón (Falco columbarius). En espacio de 15 minutos pude disfrutar de la presencia de dos aves diferentes, ambas mostrando una librea propia de 1º invierno o hembra. Además, las falcónidas suelen estar representadas en esta rasa costera por el omnipresente aquí Falco tinnunculus y, como no, por el proyectil viviente (que diría el Dr. Rodríguez De la Fuente): el halcón peregrino.


Falco peregrinus sobre una estaca en los prados de Rinlo.

Para cerrar el ciclo de las aves rapaces, una hembra de gavilán y un ratonero se dejaron ver.

Después de una mañana de viaje y trabajos atrasados, y todavía con la comida en la boca, quedo con Ricardo Hevia para darnos un garbeo por la ría de Cariño y Ortigueira. Mientras preparo los bártulos recibo un mensaje suyo que creí vendría a decir que ya estaba en el portal de mi vivienda esperándome. Nada más lejos de la realidad.

"Glaucoides en la playa", o lo que en mi idioma se traduciría como "gaviota polar a 50 metros de tu portal".

Salí como una centalla y me encontré, efectivamente, con esto:


Larus glaucoides 1º w entre otros láridos.

Aún a riesgo de resultar presuntuoso...¡¡¡ vaya pedazo de playa que nos gastamos en Cariño !!!.

Hace unas semanas la primera Larus delawarensis del 2º período invernal de la temporada y, ahora, la primera glaucoides del invierno. O del otoño, para ser más exactos, porque esta ave -al igual que la delaware- ha caído con al menos un mes y medio de antelación sobre su fenología habitual en la zona. Perdóneseme el chauvinismo.


Gaviota groenlandesa o polar.

Otro invierno en el que no nos fallan las blancas, que es como conocemos nosotros al binomio formado por glaucoides/hyperboreus. Desde luego, deben contarse con los dedos de una mano los arenales que en España pueden presumir de tales inquilinos un invierno sí y al siguiente también.


Perspectiva del ave entre otros láridos.

Y de A Concha a la ría, si bien la tarde ya estaba cubierta. En los prados de Feás nos sorprendemos al toparnos con un inexperto jabato poniéndose las botas a los pies de unos manzanos; tardó el cochinillo unos segundos en caer en la cuenta de que estaba siendo observado -entre risas- mientras degustaba las maduras manzanas. Y a correr se ha dicho, eso sí, sin soltar la manzana que acababa de mordisquear.

En lo que a los intermareales y canales de la ría se refiere, y como más destacable, un puñado de Melanitta nigra, 5 Mergus serrator, 1 Anser anser, 1 Podiceps nigricollis y hasta un joven Gavia immer. También anátidas para dar y tomar, así como zarapitos, agujas, ostreros, garcetas.... De los zampullines cuellirrojos ni rastro todavía, pero deben de estar al caer.

La noche nos sorprendió de charla -ya con David Martínez incorporado- en la ensenada de S.Claudio, observando zorzales reales (Turdus pilaris) y alirrojos (Turdus iliacus); esta última especie con grupos de hasta 63 aves.
El invierno llegó con sus nevadas, y las gaviotas blancas no tardaron en recalar en A Concha. Menuda playa...

jueves, 27 de noviembre de 2008

Ojo avizor


La tremenda ola de frío que está barriendo el norte del continente comienza a afectar a las especies irruptivas. Los primeros en caer han sido los ampelis (Bombycilla garrulus), que estos días están no están dejando fruto en árbol alguno del Reino Unido.

Para ver algunas de las múltiples imágenes de esta especie obtenidas por los británicos horas atrás basta con pinchar justo aquí.

Y por si fuese poco el tsunami boreal se extiende por tierras holandeses, donde los twitchers están poniéndose las botas, entre otras cosas, con algún que otro búho nival (Bubo scandiaca) que estos días hace las delicias de tantos y tantos enfermos inyectados con el virus listero, individuos éstos especialmente abundantes por aquellos lares. Al menos son dos las estrígidas nórdicas -fotos aquí- que en estas calendas se pasean por la zona...

Pero no todo se acaba aquí. No. Parece ser que una notoria masa de pardillos sizerines de la subespecie nominal (Carduelis flammea flammea) se está dejando ver también por el país de los tulipanes y los canales...

A estas alturas sobra decir que unos pocos de estos fringílidos -aunque de la subespecie británica C.flammea cabaret- campan por nuestra península esperando a que los ornitólogos sean quien de dar con ellos. Y como los neerlandeses no conocen de treguas, va este Artic Redpoll (Carduelis hornemanni).

Del gerifalte (Falco rusticolis) que se dedica a saltar de azotea en azotea asustando viejecillas sin comentarios. Este es el intruso pidiendo asilo. Si es que, cuando hace frío, el que más y el que menos se busca la vida como puede.

Esto no es más que una muestra del peligro que tiene Holanda en otoño...

Pues eso, como dice el título del post, ojo avizor porque el ampelis está llamando a nuestra puerta. ¿Qué apostamos?

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Carduelis flammea cabaret


De vuelta a la vida cotidiana, caigo en la misma con una interesante observación: Carduelis flammea cabaret. Descubierto por el compañero Pablo Fernández en una pequeña aliseda (Alnus glutinosa) próxima a la playa de Peñarronda, a caballo de los concejos astures de Castropol y Tapia de Casariego, varios han sido los ornitólogos norteños que se han aproximado al lugar buscando a este escaso fringílido.

Sin haber quedado, y por casualidad, tanto Pablo como quien escribe fuimos a coincidir en nuestra llegada a la zona. Ataviado con prismáticos y botas de goma Pablo, y con telescopio yo, buscamos al ave desde diferentes puntos. Uno adentránose en la húmeda arboleda y el otro repasando las copas desde la distancia.

En un primer momento casi no había lúganos (Carduelis spinus) -7 u 8 aves- aunque sí unos cuantos jilgueros (Carduelis carduelis), verderones (Cardulis chloris) y verdecillos (Serinus serinus). Después de 30 minutos arriban a la masa arbórea un bando de unos 15 lúganos acompañados de pinzones vulgares (Fringilla coelebs).... Pero nada.

Finalmente, luego de esperar prácticamente una hora -y mientras escudriñaba a los lúganos uno por uno- aparece en el centro del visor de mi telescopio un precioso ejemplar de pardillo sizerín (Carduelis flammea) con su llamativo píleo rojo. Colgado de una de las puntas del aliso, la comparación con el resto de aves resulta magnífica. De guía, vaya.

Silvo a Pablo para indicarle que lo he pillado -el lo había oido llegar pero todavía no lograra localizarlo- quien no tarda en disfrutar una vez más del ave. Y ya lleva unas cuantas...

Habían pasado más de 6 años desde mi anterior encuentro con la especie allá en las míticas Highlands escocesas. Previamente había llegado a mis manos ¡¡¡ en 1994 !!! un ejemplar de la subespecie británica capturado por silvestristas en mi localidad natal, Cariño, a finales de 1993.

Pero hoy me he estrenado con el sizerín en los prados estatales. Una menos aquí pues.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Un impasse

Nota breve para señalar que este redactor se está tomando unos días de asueto en sus quehaceres laborales y blogueros.

Dentro de 4-5 jornadas retomaré la actividad con escribanos nivales (Plectrophenax nivalis), reyezuelos sencillos (Regulus regulus) y otras muchas cosas.

Hasta entonces, un saludo.

martes, 11 de noviembre de 2008

Había que actualizar....


"¡¡Ahora sí que vas a actualizar el blog, verás!!".

Con esta sencilla -pero contundente- frase me dejaba bien claro mi amigo David Martínez Lago que la ocasión requería que me desperezase. Tenía razón.

Registros y más registros ornitológicos se están acumulando en mi ordenador (fotos inclusive) y no encontraba el momento de subirlas. Ahora tendré que comenzar por el final.


Ayer lunes, a eso de las 17:40 horas, me llega un sms de David apuntando la presencia de un ejemplar de collalba desértica (Oenanthe deserti) en la playa de Morouzos, Ortigueira. Debo reconocer que me lo tomé a cachondeo... ¿Por qué? Pues precisamente porque en la jornada anterior (domingo) se había localizado otra ave de esta especie en la barra arenosa de Ponteceso. Sonaba a broma el mensaje, dos ya eran demasiadas.

Cabe recordar que solamente se había registrado una collalba desértica en Galicia previamente, y llegan los dedos de una mano para contar las veces que se ha observado en la península ibérica. Pero, como el miedo a que no fuese una broma siempre está ahí, llamé a mi amigo sin más miramientos. El bicho en cuestión era este:


Oenanthe deserti en Morouzos, Ortigueira (Foto: R.Hevia)

Efectivamente, David me juraba y perjuraba que la collalba estaba allí, en ese paraje de nuestra comarca: Ortegal. Impresionante. Y yo en Ribadeo... Tocaba madrugar y hacer parada en Ortigueira en mi regreso hacia Cariño.

A las 8:50 h. de la mañana, y después de 1:40 h. de coche, estaba yo en Morouzos preparando los bártulos cuando llega Ricardo Hevia, otro pajareo local que desafortunadamente estaba alejado de la comarca el lunes. Salimos pitando al arenal y en menos de 5 minutos ya estaba la inquieta collalba en los oculares de nuestros telescopios. Yo que siempre voy con cámara me encontraba sin ella -los asiduos de este blog sabrán lo que he comentado sobre la manida ley de Murphy- pero Ricardo me pasó la suya para tirar "a pelo" estas discretas fotos, salvando así el escollo.


Collalba desértica en la playa de Ortigueira.

El animal se dejaba observar sin ningún tipo de problema, con una actitud inquieta pero confiada. Visionando el plumaje da la sensación de que se trata de un ave diferente a la localizada en Ponteceso en la jornada previa.


Vista dorsal de Oenanthe deserti. Obsérvese la negra cola.

Nos quedamos a disfrutar el ave durante más de una hora, para luego desplazarnos a la ría "por si acaso". Nada de nada de interés allí. Os dejo una última instantánea de esta escasa especie de la que se viendo varios individuos en el Reino Unido.


Oenanthe deserti. Posible macho de 1º invierno.

Y para finalizar un pequeño video realizado por Ricardo Hevia. A ver lo que el ave resiste en la comarca...




Video de collalba desértica en Morouzos (R.Hevia)

Y como al César lo que es del César: enhorabuena a David Martínez Lago. Menudo fichaje hemos hecho en Ortegal.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Lo que trae el frío


Se anuncia a bombo y platillo la entrada de una masa de aire frío llegada desde el lejano norte. Con este panorama, no tardamos los ornitólogos en frotarnos las manos, y no a causa de las bajas temperaturas precisamente.

Expresiones como "cuidado con las rarezas", "buenas previsiones para las aves marinas", etc... se leen en estas fechas en los diferentes foros que en este pais tenemos dedicados a las aves. En no pocas ocasiones se acierta y en algunas otras se falla de modo estrepitoso pero, por fortuna, incluso en estos casos casi siempre queda una muestra de lo que pudo ser y no fue. Y ahí la ubicación geográfica de Cariño tiene mucho que decir al respecto.

Viene esto a colación de que ayer mi colega Ricardo Hevia ha sacado un 1º invierno de gaviota de Delaware (Larus delawarensis) en "nuestra" playa de la Concha, el primero de la temporada invernal en Galicia (excepción hecha de algún ejemplar veraneante...).


Larus delawarensis integrada en el bando de láridos de la playa de A Concha. (Foto:R.Hevia)

Parece claro que la fecha es ciertamente temprana para recibir ejemplares de esta especie en latitudes tan meridionales donde, por lo general, no suelen arribar en buen número a Galicia hasta bien entrado diciembre. Otra toma más del ave:


Gaviota de Delaware 1º invierno, Cariño. (Foto: R.Hevia)


Siendo pesimistas podríamos decir que quizás solamente se trate de una muestra puntual que refleje esta situación de invierno anticipado. Viendo la botella medio llena quizás sea la avanzadilla de una abundante caída de migrantes norteños.

Quien sabe...

miércoles, 22 de octubre de 2008

Las tardías golondrinas de O Vicedo


O Vicedo es, para aquellos que no lo conozcan, el tercer ayuntamiento más septentrional de la península ibérica tras los de Mañón y Cariño. Situado en el extremo más occidental de la Mariña lucense, su costa es recortada y su población escasa. Con todo, en el coqueto núcleo de O Vicedo la presencia de golondrinas comunes (Hirundo rustica) no es escasa, y su canto estival se escucha casi en cada calle.

El pasado viernes día 17 de octubre la tarde no era veraniega, pero sí soleada. El cielo había amanecido despejado, sin duda una falsa tregua entre dos jornadas lluviosas propias del otoño como fueron las del jueves y sábado. Eran ya la sobremesa cuando atravesaba yo la villa marinera por la infausta carretera norte de Galicia, cuando reparé en el hecho de que sobre uno de los cables telegráficos de la travesía principal que cruza el casco urbano había posado lo que -sin duda- parecía un volantón de anduriña, que es como aquí llamamos a las Hirundo rustica.

Me equivocaba, no era un polluelo de golondrina, eran dos. Rápidamente pensé en la fecha, sorprendiéndome que por estas latitudes peninsulares todavía quedasen los rescoldos del verano. Pero mi sorpresa no hizo más que acrecentarse al comprobar atónito como un ejemplar adulto (con sus largas y lustrosas rectrices exteriores incluidas) llegaba para cebar a uno de los polluelos mientras que el otro también reclamaba para sí parte de la pitanza.

¿Pero que hacen estas golondrinas de esta guisa a estas alturas del calendario por aquí?. Me paré un instante a seguir la secuencia, que pudo ser tal que ésta registrada unas fechas atrás en Ribadeo:



Jovenes de Hirundo rustica.

Los polluelos esperan en el cable la llegada de los adultos, mientras vigilan los movimientos de éstos.



Momentos después parece que uno se aproxima, lo que hace intuir a los pollos que se dirige hacia ellos. Comienza la algarabía para ver quien reclama con mayor fuerza las atenciones del progenitor.



Evidentemente, quien ya ha comido y se encuentra saciado ni se molesta en gastar energías de manera inútil. Pero sí sus hermanos...



La arribada del adulto dispara las ganas de comer y los polluelos despliegan todo su repertorio para ser el elegido.



Hasta que finalmente uno de ellos se lleva el gato al agua, dejando al desafortunado hermano hambriento y reclamando sus derechos...



De todos modos, la sangre nunca llega al río y la paz se adueña de la prole en breves instantes.



Lo cierto, y aunque resulte increible, es que las golondrinas regulan tremendamente bien los turnos de comida en función de las carencias y necesidades de cada cría. Como puede verse en la siguiente imagen, el jovenzuelo descartado en la toma anterior resulta el agraciado en esta ocasión.



Y en cuanto la cosa se calma un poco, vuelta a comenzar por el primero de todos ellos...



La justicia paterna de las golondrinas. Pero volviendo al comentario fenológico, revisando mis notas he caído en la cuenta de que tal día como hoy (22/10), pero un año atrás, observé posado -de nuevo- en un cable telegráfico una joven golondrina común... ¡¡ y también en O Vicedo !!. En aquella ocasión fue en las inmediaciones de la playa de Xilloi, a donde había acudido a la procura de los paseriformes que habitaban sus dunas, con suerte dispar.

Curiosa coincidencia esta. ¿Por qué se quedarán criando hasta tan tarde las golondrinas de O Vicedo?. Su razón de ser tendrá...

Otro blog cantábrico

Me advierte el compañero Javier Gil Vaquero de la puesta en marcha de un nuevo blog que él mismo administra. El portal, de reciente creación, sirve como nexo de unión -con las aves como hilo conductor- de las tierras astures y cántabras. De ahí su nombre: Aves del Oriente de Asturias y el Occidente de Cantabria.

Una excusa más para pegarse bien a la pantalla del ordenador. Queda inmediatamente enlazado en este portal dentro del epígrafe oportuno.

Suerte a Javier pues.

jueves, 16 de octubre de 2008

Otra especie para la comarca de Ortegal


Desde el pasado 10 de abril, fecha en la que se observó un ejemplar de aguilucho papialbo (Circus macrourus) en la playa de Ortigueira, no se había registrado una nueva especie de ave para la comarca de Ortegal. Y eso que hasta dos Pterodroma han pasado por la zona...

Esta lluviosa tarde de otoño Ricardo Hevia ha registrado un par de ejemplares de paloma zurita (Columba oenas) posadas en un tendido eléctrico cercano a Bares, ayuntamiento de Mañón. El documento fotográfico de una de ellas es este:



Columba oenas cerca de Bares.


A la mente me viene una observación personal de esta misma especie hace años en las dunas de la playa de A Frouxeira (Valdoviño), lugar próximo pero ya fuera de la comarca. Si la memoria no me falla debió producirse por estas mismas fechas del otoño, coincidiendo también con algunas aves localizadas por compañeros asturianos en la rasa occidental de la comunidad vecina.


Enhorabuena a Ricardo por la cita. Ya tenemos una especie más.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Collage natural


Desde hace unas semanas he estado acumulando experiencias de campo, no todas ellas aderezadas con imágenes acreditativas de las mismas, pero sí algunas. En ocasiones uno pasea solo, como suelo hacer los lunes por Rinlo o cualquier otra jornada por la playa de Cariño; otras veces acompaño a mis amigos Ricardo Hevia y David Martínez Lago. De un modo o de otro siempre se disfruta de las aves.

En Rinlo la cosa ha evolucionado mucho en las últimas fechas. A día 29 de septiembre ya estaban los halcones peregrinos (Falco peregrinus) rondando a las presas en los prados...


Falco peregrinus en vuelo de caza.

Los migradores estivales que deben cruzar el Sáhara se apoyaban en el todavía erguido maiz (eso sí que a día de hoy permanece invariable), como esta tarabilla norteña (Saxicola rubetra):


Tarabilla norteña en un maizal.

Otros buscaban el sustento diario a ras de suelo, como este otro colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus):


Colirrojo real hembra/juvenil.

Este insectívoro da la sensación de que ha sido más abundante en la migración que en pasadas temporadas, o al menos esa es la impresión que nos ha causado a unos cuantos. En Rinlo también me encontré con currucas zarceras (Sylvia communis), los primeros chorlitos dorados (Pluvialis apricaria) migradores y una tempranera bisbita de richard (Anthus richardi), uno de los emblemas de la zona.

No dejé de sorprenderme cuando a pies de unas frisonas lecheras me topé con 21 garcillas bueyeras (Bulbucus ibis) que, después de picotear todo lo habido y por haber, tomaron las de Villadiego (¡¡saludos a David, amigo natural de esta localidad castellana!!) con dirección Ribadeo.


Parte del bando de Bubulcus ibis.

Otro día por la sierra de A Capelada mis colegas y yo sorprendimos a un raposo (Vulpes vulpes) en uno de sus merodeos habituales.


Zorro común entre prados y matas de Erica.

Evidentemente, sorprender a un raposo (o golpe, como le solemos llamar en Cariño) es algo que no se puede sostener en el tiempo en demasía. Y claro, fijó sus verdes ojos en los observadores.


Vulpes vulpes.

Y, lo que son las cosas, cuando algún migrador primaveral rezagado no ha abandonado estos lares uno -el amigo Ricardo- se encuentra con aves originarias del gran norte, especies total y absolutamente distintas, con colores diferentes y hábitos norteños. Paseando por las pistas de Ortegal o, quizás, por una duna marítima puede escucharse -si la suerte acompaña- ese trino que los escribano nivales emplean como contacto de grupo. Los prados de Herbeira han dado el primer copo del invierno...


Plectrophenax nivalis. (Foto: R. Hevia)

Son los nivales aves activas, siempre a la procura de semillas en las cunetas terrosas de las pistas forestales, en las laderas dunares orientadas hacia la orilla, en el dique de abrigo de un puerto... Siempre en movimiento de aquí para allá, y habitualmente confiados con el ser humano.


Escribano nival en Herbeira (Foto: R. Hevia)

Así son estos recién llegados, de un tiempo a esta parte cada vez más escasos. Lejos queda ya aquel bando de más de medio centenar de aves observado en Herbeira en el otoño de 1996.

Era toda una nevada que cuando se alzaba sobre el piso semejaba un enjambre de algodón. De copos blancos nivales, por supuesto.

¿Phalaropus sp.? No, Phalaropus fulicarius


Decía en mi anterior post que el falaropo observado en la salida marina realizada el pasado domingo día 12 de octubre debía tratarse de un falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius), pero fue tan fugaz la cosa que a algunos nos quedó la mínima duda.

Por suerte había grandes fotógrafos embarcados, así que el compañero Miguel Rouco (¡¡gracias Miguel!!) obtuvo la siguiente instantánea:


Phalaropus fulicarius. (Foto: M.Rouco)

Pinchando sobre la foto se puede ampliar la misma y descubrir que, sin duda, el falaropo picogrueso es el protagonista.

Por cierto, que Miguel ha colgado en su web www.avesibericas.es toda una colección de imágenes de gran calidad representativas de lo que disfrutamos el pasado fin de semana.

Podéis disfrutar de las mismas pinchando justamente AQUÍ.

martes, 14 de octubre de 2008

Saliendo a navegar otra vez


Pues así es.

El pasado domingo día 12/10/2008 hemos realizado una nueva excursión ornitológica marina al norte de Cariño y tierras de Ortegal embarcados en el Aula do Mar del concello cariñés. La salida nos ha dejado diferentes estampas que en ocasiones previas.

No ha estado mal, si bien las fechas ya no permitían observar algunas de las especies anteriormente divisadas ni tampoco mantener el altísimo nivel -en la heterogeneidad de especies- exhibido en el mes de agosto. Podría decirse que la sido un suave aterrizaje en la realidad.

Verá quien desee leer este post que las imágenes muestran especies no registradas el pasado domingo; esto se debe a que voy a colgar unas fotografías que obtuvo el colega turco Emin el pasado día 31/8/2008, precisamente enrolado en el Aula do Mar.

Así pues mis agradecimientos a Emin, وبفضل Emin.


Pardela capirotada (Puffinus gravis)

Pues como decía, la salida arrancó ya sobrepasadas las 8:00 a.m., y con unas condiciones climatológicas impropias -por envidiables- del mes de octubre. Sin apenas brisa y una muy buena temperatura nos topamos de bruces con las primeras pardelas sombrías (Puffinus griseus) al poco rato de superar el promontorio de Ortegal. Los grupos de alcatraces (Morus bassanus) en migración activa hacia el oeste nos brindaban hermosas estampas aderezadas por la luz suave del sol al romper sobre Estaca de Bares.

Al poco pardelas baleares (Puffinus mauretanicus) y un más que posible falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius) llevaron los prismáticos a los ojos de los ornitólogos. Lo cierto es que daba la sensación de que la calma era excesiva, y que las especies irían cayendo con cuentagotas. Así fue.

Lo siguiente fue un págalo pomarino (Stercorarius pomarinus) pasando lejano por la popa, entre la marabunta de gaviotas (patiamarillas y sombrías) atraídas por el pan.


Grupo de Stercorarius pomarinus observados el 31/10/2008

Y en estas apareció una de las estrellas de la jornada, la pardela capirotada (Puffinus gravis). Un ejemplar acudió a nuestra estela dejándose ver en unas cuantas ocasiones a mayor distancia primero y más de cerca posteriormente. A la fiesta se unió una gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus), especie esta que -incomprensiblemente- no había sido registrada todavía en nuestras salidas pelágicas (aunque sí en recorridos turísticos costeros).

Los que no fallaron en toda la jornada fueron los págalos grandes (Stercorarius skua), abundantes todo el día. Alguno incluso nos siguió durante horas.


Stercorarius skua entre charranes.

Poco después llegó el momento dramático del día. De la nada, con un vuelo fluctuante y visiblemente agotado apareció un ejemplar de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros), un ave con plumaje tipo hembra. Después de una travesía seguramente larga la costa estaba ya a la vista (8 millas náuticas, unos 15 kms) pero no parecía poder soportarlo ya. Dió la sensación de que quiso posarse en el barco -sin éxito- por lo que optó por hacerlo sobre el agua marina.

En ese momento lo dimos por fallecido, pero muchos nos quedamos perplejos al ver como alzaba una vez más el vuelo después de unos segundos de descanso. Era el último intento por prolongar su vida porque de contínuo cometió un grave error. Sus vaivenes y vaciles no hacían presagiar nada bueno, llevándolo a colocarse a rebufo del barco, sin duda para parapetarse de muy suave brisa.


Como dijo un compañero "se metió en la boca del lobo...". Era cierto, una joven e inmisericorde gaviota no tuvo piedad de él y se lo desayunó.

Perfectamente se podría aplicar aquí aquel refrán que decía "tanto nadar para morir ahogado en la orilla". R.I.P.

A lo lejos un par de págalos pasaban, uno al menos identificado por Ricardo Hevia como Stercorarius parasiticus mientras que el otro quedará para siempre como Stercorarius parasiticus/pomarinus.


Págalo pomarino.

Llegamos a las 20 millas náuticas sin mucho más que contar, alguna pardela sombría, skuas, un gavión (Larus marinus) y hasta una par de gaviotas de sabines (Larus sabini) fugaces. Mal día para las especies estivales, pero de la famosa tétrada (sabine,-capirotada,-Wilson-rabero) llevábamos 2 de 4. Menos da una piedra.

Y con eso hubo que conformarse porque los paíños de Wilson (Oceanites oceanicus) no acudieron al "chum" y los paíños comunes (Hydrobates pelagicus) lo hicieron de modo discreto. Del págalo rabero (Stercorarius longicaudus) ni rastro.


Págalo rabero 1º verano observado el 31/08/2008

A la vuelta una novedad novedosa, una gaviota tridáctila (Rissa tridactyla), la primera de la temporada. También un págalo parásito y alguna que otra sabine (un grupillo de 4 aves), especie de la que ya no pudimos toparnos con aves que mostrasen la librea estival completa.

En nuestro retorno, y otra vez a las 8 millas de tierra otro nuevo colirrojo tizón (también tipo hembra) nos visitó, sin llegar a posarse (ni en el barco ni en la mar); hizo muy bien. Tras un breve merodeo puso pies en polvorosa con dirección sur, adelantando a la embarcación en un trémulo vuelo a ras de agua que a muchos nos puso el corazón en un puño. Puede que lo haya conseguido.

Y como de paseriformes iba el asunto, a las 5 millas náuticas de tierra un nuevo pajarillo sobrevoló el barco, aunque en esta ocasión a unos 5 metros sobre nuestras cabezas y con unas energías notablemente más potentes que las de sus dos antecesores. Se trataba de un petirrojo (Erithacus rubecula) en plena migración.

No tardó en desestimarnos y direccionarse hacia tierra firme. Un invernante más que llegaba.

Y a las 15:15 horas pisábamos el puerto cariñés, con un buen listado de aves del que ahora mismo informo y una manada de delfines comunes (Delphinus delphis) haciéndonos compañía durante breves segundos.

El día 26/10 y el 02/11 más (veremos si mejor).

Lista de aves observadas:

Arao: 1

Alca: 1

Pardela balear: 39

Pardela sombría: 36

Negrón común: 12

Págalo pomarino: 5

Págalo parásito: 2

Págalo parasito/pomarino: 2

Págalo grande: 18

Falaropo sp. (probablemente fulicarius): 1

Pardela capirotada: 1

Gaviota de Sabine: 10

Paíño común: 14

Gavión atlántico: 1

Gaviota cabecinegra: 1

Charrán patinegro: 4

Gaviota tridáctila: 1

Colirrojo tizón: 2 (uno predado)

Petirrojo: 1

Pardela cenicienta: una balsa de unas 50 aves aprox. entre los puertos de Cariño y Espasante.

Por supuesto, obvio la cantidad de gaviotas patiamarillas (Larus michahellis) y sombrías (Larus fuscus) registradas.


En el blog del compañero Antonio Sandoval se puede contemplar un vídeo de una de las estampas más repetidas -y no por ellos menos emblemáticas- de las salidas marinas. Para verlo llega con pinchar aquí.

viernes, 3 de octubre de 2008

Nuevo blog sobre aves en Galicia


Pues sí, ha nacido un nuevo espacio pajaril gallego en la red.

Se trata de un blog capitaneado por Óscar Martínez Roza y que, entre otras cosas, nos tendrá al corriente de todo cuanto vaya sucediendo en las latitudes meridionales de la dorsal gallega, esa gran desconocida que cada año no para de darnos sorpresas. Y a buen seguro que los sobresaltos continuarán...

¿Qué como se llama el blog? "Aves no Sur da Dorsal Galega", como sino. Podéis encontrar el enlace en la columna de la derecha o bien simplemente clicando aquí.

Sólo me resta felicitar a Óscar tanto por la iniciativa como por la magnífica calidad de sus primeras instantáneas así como animar al personal a visitar el lugar con asiduidad. Seguro que merece la pena.

martes, 30 de septiembre de 2008

Un buen amigo


Llego a la comarca de Ortegal sin hacer ruído, se instaló en Ortigueira y poco a poco fuimos coincidiendo en el campo.

Tanto Ricardo Hevia como quien escribe tuvimos la suerte de disfrutar en su compañía de un declive invernal y -sobretodo- de una primavera fenomenal ornitológicamente hablando, y ahora llega un otoño cargado de aves y del que -como tod@s- esperamos lo máximo.

Pero, por si acaso, el que golpea primero golpea dos veces. Para empezar, este vecino de Cee y ya cuasicariñés llamado David Martínez Lago ha sacado un Calidris melanotos en la muradana laguna de Louro.


Calidris melanotos entre la hierba. (Foto: David Mtz. Lago)

A los pies del siempre mágico monte Louro se ubica este humedal, que parece ser especialmente querencioso para las limícolas neárticas a tenor de las citas que desde antiguo vienen registrándose en la zona.


Correlimos pectoral en Louro. (Foto: David Mtz. Lago)

Dicen en las series policíacas que el asesino siempre vuelve al lugar del crimen, así que este pasado fin de semana -tan sólo 7 días después del Calidris melanotos- va David y regresa a la masa acuática situada a caballo de Muros y Carnota. Y claro, ya se sabe, el que está en racha....

En fin, que sacó un Tryngites subruficollis.


Tryngites subruficollis (Foto: David Mtz. Lago)

¡¡ Si es que ya nos da miedo lo que puede levantar el próximo fin de semana !!. ¡¡ A por el acuminata !! Bromas a un lado, es siempre una alegría poder compartir las alegrías de los colegas.

Cuenta David que el correlimos canelo levantó el vuelo a última hora acompañado de estos dos señores...


Combatientes en Louro. (Foto: David Mtz. Lago)

Parece ser que las aves se alejaron con dirección N-NW, algo ciertamente curioso (¿desplazamiento a corta distancia hacia Costa da Morte? Quien sabe...).

En fin, que sigas de fiesta amigo.

martes, 23 de septiembre de 2008

El verano se acabó

Van cayendo las hojas del calendario y, para quien escribe esto, se aproximan las mejores fechas del año ornitológicamente hablando. Me encanta el período comprendido entre septiembre y mayo porque en Galicia todo es posible; como dice el título del anterior post “Impossible is nothing” en Gallaecia.

Luego de unas fechas de ausencia por asuntos personales varios (con escasos días de vacaciones) me reincorporo al tema pajaril en uno de esos lugares al que el asesino siempre regresa: Rinlo. Los habituales de este blog conocerán de buena tinta mi debilidad por este enclave ribadense.

A eso de las 9 de la mañana, cuando los primeros rayos de sol calientan las gotas de rocío que empapan el manto vegetal, un halcón peregrino (Falco peregrinus) adulto se despereza posado en una estaca de esas que delimitan las fincas abrazadas por los ya antidiluvianos alambres de espino. En las zarzas de los lindes un par de currucas zarceras (Sylvia communis) asoman entre las espinas, mientras tres collalbas grises (Oenanthe oenanthe) se persiguen las unas a las otras mostrando esos característicos obispillos blancos. Para completar el triplete de migrantes transaharianos, una tarabilla norteña cruza la pista de gravilla unos metros más allá. El día va abriendo mientras continúo el paseo acompañado de Gala, la nueva inquilina de la casa que a buen seguro me seguirá en mis correrías ornitológicas. A estas alturas esta pequeña hembra de bulldog francés sólo cuenta con dos meses y medio de vida, demasiado jovencita por ahora.

Las aves rapaces no solamente están representadas por ese magnífico y confiado ejemplar de halcón, sino que un macho de cernícalo común (Falco tinnunculus) y un ratonero común (Buteo buteo) –siempre presente en Galicia- completan la tripleta.
Este año el maíz todavía no se ha recolectado, la causa es que hubo de ser plantado mucho más tarde de lo habitual dada la cantidad de precipitaciones caídas en la primavera, así que este aspecto será algo muy a tener en cuenta ya que podría darse el caso de que la recogida del grano venga a coincidir con las fechas de mayor caída de paseriformes a nuestros prados. Y ya se sabe la querencia de los fringílidos, alondras & cia por estos terrenos con la tierra recientemente revuelta. Peligro.

Precisamente de un extenso maizal sale volando un pajarillo que me dio la sensación de ser un carricero común (Acrocephalus scirpaceus) y que tras un breve trecho volvió a dejarse caer sobre la plantación; lo mismo que llegó se fue, como decía la canción. “A falta de Phragmites bueno es Zea”, diría el pajarillo.

A punto de marcharme al coche escucho ese reclamo que me alerta de que ya las cosas cambian, son un par de bisbitas comunes (Anthus pratensis). Después de estas dos, otras tres aves más; cinco en total, son las primeras que veo en este período postnupcial. El otoño ya está aquí.

Me gusta.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Ortegal: Impossible is nothing


Otra gran mañana de ornitología marina la del pasado domingo 31 de agosto, de esas que hacen afición.
Partíamos a las 8:15 h. de Cariño, como siempre embarcados en el “Aula do Mar”, tomando rumbo a mar abierto al norte de cabo Ortegal. El horizonte oscuro no presagiaba nada bueno a corto plazo, y así sería. Antes de todo ello dejamos atrás los islotes de Os Tres Aguillóns y al poco rato hacían acto de presencia las pardelas baleares (Puffinus mauretanicus), 6 charranes patinegros (Sterna sandvicensis), un par de págalos parásitos (Stercorarius parasiticus) y un bando de 6 limícolas (5 correlimos tridáctilos y un común).


Stercorarius parasiticus en migración activa.

Al poco, ¡¡tachán!!, la primera gaviota de Sabine (Xema sabini).


Precioso ejemplar de gaviota de Larus sabini.

Esta especie era objetivo de algunos de los presentes, por lo que el salto de alegría del colega turco Emin Yogurtcuoglu era justificable. No en vano la mayoría de la tripulación ansiaba la ya famosa tétrada marina, a saber: paíño de Wilson, gaviota de Sabine, pardela capirotada y págalo rabero. En la anterior salida lo habíamos conseguido (ahí es nada…), ¿por qué no ahora también?. La Sabine ya estaba en el saco.

Con el júbilo llegaba el mazazo: una negra cortina de agua impedía ver el horizonte y obligaba al personal a ampararse de los densos goterones. No duró más de 30 minutos el asunto, exactamente el tiempo que nos llevó atravesar la pared de lluvia. Ya saliendo del frente un pajarillo migrante intentó posarse en la embarcación, sin osar a hacerlo finalmente (probablemente la cantidad de humanos ataviados con vistosos chubasqueros no ayudó mucho); lo identificamos inicialmente como una bisbita, pero tras sobrevolarnos en un par de ocasiones algunos nos inclinábamos más por alguna especie de sílbido.

Eran las 9:50 h. cuando varios págalos pomarinos (Stercorarius pomarinus) se presentaron como los primeros de la temporada náutica 2008, eso sí, secundados por un grupillo de charranes patinegros, un págalo parásito y un par de págalos grandes (Stercorarius skua).


Stercorarius pomarinus.

Rara es la salida en la que el págalo grande pase desapercibido...


Stercorarius skua cerca de la borda de babor.

Poco después –y ya a 15 millas náuticas de tierra (unos 28 kilómetros)- un cielo todavía muy gris parecía querer estabilizarse (que no mejorar), y las aves no le hicieron ascos a la nueva situación atmosférica.


Sterna hirundo.

Los charranes comunes fueron los primeros en aparecer...


Vista posterior de charrán común.

... luego llegaron los fumareles...


Chlidonias niger en proceso de muda.

... con plumajes de lo más variopinto.


Chlidonias niger. Apreciese la característica "clavija".

Por supuesto, detrás de los charranes llegan los págalos pomarinos...


Stercorarius pomarinus inmaturo.

Aunque los págalos no solamente incordian a las aves de menor porte...


Alcatraz Vs págalo pomarino.

Charranes comunes (Sterna hirundo), págalos parásitos y pomarinos, gaviotas de Sabine, pardela sombría (Puffinus griseus), fumareles comunes (Chlidonias niger), alcatraces (Morus bassanus) y hasta un charrán ártico aprovecharon para asomarse a las bordas del barco.


Calonectris diomedea. Vista superior.

Aunque, como de costumbre, la gran fiesta se celebró en las postrimerías de las 20 millas náuticas, con la gran suelta de cebo. Las cifras de ejemplares de las especies anteriormente citadas se multiplicaron, y al guateque se unieron un copioso número de paíños comunes (Hydrobates pelagicus), una inquieta pardela cenicienta (Calonectris diomedea), más y más gaviotas de Sabine (22 aves juntas en ciertas ocasiones)...


Pardela cenicienta, vista inferior.

El festival de aves no había hecho más que comenzar....


Grupo de Xema sabini posadas en la mar.

La mayoría de las gaviotas mostraban un todavía coqueto plumaje.


Vista dorsal del plumaje de una gaviota de Sabini adulta.

El cebo hacía que todas las aves perdiesen el miedo ante nuestra presencia y nos dejasen imágenes ciertamente memorables.


Gaviota de Sabine cerniéndose.

Aunque, como señalo, muchas de las aves presentaban la librea estival completa, no era el caso de todas ellas. Para muestra un botón:


Ejemplar de Xema sabini sin la característica caperuza negra

Por la misma borda de babor hicieron acto de presencia un paíño de Wilson (Oceanites oceanicus) y una pardela capirotada (Puffinus gravis).


Paíños de Wilson, fumarel y charran común.

Con la observación de estas dos últimas especies a la tétrada de estrellas sólo le quedaba un “As” en la manga: el págalo rabero.


Oceanites oceanicus.

Lo de los paíños de Wilson fue de juzgado de guardia, incluso para alguien que -como el que escribe- agarraba una cámara reflex sin mucha práctica y trataba de inmortalizar los momentos.


Típico planeo de paíño de Wilson.

Entre una maraña de inquietos paíños comunes se distinguía a los más pausado Oceanites.


Vista dorsolateral de Oceanites oceanicus.

Sobra decir que nadie quería perderse la fiesta...



Y más si la pardela capirotada cambiaba de actitud, dejando de pasar de cola...


Puffinus gravis, vista posterior.

... a irse aproximando progresivamente.


Pardela capirotada despegando.

Cada vez más cerca de nosotros...


Puffinus gravis.

Hasta ofrecernos bonitos arqueos y pasadas.


Puffinus gravis.

A cada minuto que se sucedía la cantidad de aves aumentaba de manera notable, atrayendo a los alrededores de la embarcación a un curioso inmaduro de págalo rabero (Stercorarius longicaudus)…. ¡¡otra vez las cuatro especies en tan sólo 14 días!!.


Stercorarius longicaudus 1º verano.

A estas alturas cabe recordar que tanto págalo rabero como paíño de Wilson son consideradas en España como especies “raras”, por lo que las observaciones de ambas están sujetas a homologación por parte del CR/SEO.


Págalo rabero inmaturo. (Pido disculpas por la calidad de las imágenes).

Dos salidas, dos plenos. ¿Quién da más?. Cien por cien de efectividad.


Vista del ambiente en la borda de babor.

Por supuesto el personal con caras de alegría incontenible, sobre todo las parroquias venidas de tierras catalanas, madrileñas y otomanas.


Unas aletas comenzaron a aproximarse a la embarcación, aunque esta vez por estribor...

Y para completar el jolgorio una manada de delfines comunes (Delphinus delphis) se sumaron a las celebraciones.


Los delfines no dudaron en realizar saltos fuera de la superficie.

Una buena manada integrada quizás por un par de decenas de animales se prestó al juego con el barco.


Delphinus delphis navegando de frente al "Aula do Mar".

En la ruta de regreso aves y más aves. Como novedad no señalada con anterioridad, la presencia de una pardela pichoneta (Puffinus puffinus), un grupillo de unos 15 correlimos comunes (Calidris alpina) y lotes de negrones comunes (Melanitta nigra) cercanos a la costa. De este veloz pato marino hasta 70 aves juntas fueron divisadas.


Oceanites oceanicus "pateando" las olas.

En nuestra retina todavía muchas secuencias de la serie de paíños y sabines.


Paíño de Wilson seguido por un charrán común.

"A veces la convivencia en la mar no es tan apacible como se cree". Eso debió pensar este paíño al sentir el aliento del charrán en el cogote:


Paíño de Wilson alejándose de un charrán común.

De cualquier modo, si la comida es abundante y fácil de obtener, hasta los europeos fumareles comunes y las americanas gaviotas de sabine pueden llegar a hacer buenas migas...


Vista dorsal de Xema sabini (abajo) y Chlidonias niger (arriba).

Por el medio una última parada para deshacernos del asqueroso –y efectivo- “chum”, con un saldo positivo de 47 charranes, págalos grandes, parásitos y pomarinos, así como un inédito hasta el momento charrancito (Sterna albifrons).

Todo concluyó con otra manada de delfines dándonos la bienvenida a los acantilados de Ortegal.


Gaviota de sabine joven.

En tierra todo eran sonrisas. Unos cuantos no olvidaremos pronto la jornada vivida, con cifras tales como estas:

- Pardela sombría: 1 ave.

- Págalo parásito: 15 aves.

- Págalo grande: 6 aves.

- Págalo pomarino: 15 aves.

- Págalo rabero: 1 ejemplar de 1º verano merodeando el barco unos 20 min.

- Gaviota de Sabine: la especie más numerosa mar adentro tras el charrán común. Mínimo 22 aves juntas, con varias decenas de contactos.

- Fumarel común: 6 aves.

- Paíño de Wilson: 6 como mínimo al arribar a las 20 millas náuticas. Es posible que hubiese más aves.

- Paíño común: abundante, hasta 17 aves.

- Charrán ártico: 2 aves.

- Negrón común: 120 aves en 15 minutos de observación al acercarnos a tierra.

- Pardela capirotada: mínimo 2 aves, puede que 3 diferentes.

Y bla, bla, bla…. Me dejo en el tintero las pardelas de varias especies, los abundantísimos charranes comunes y las limícolas.

Dejo un breve video ilustrativo de la calma tensa que se respiraba en la cubierta momentos antes de lanzar el cebo a la mar.



Una gozada de jornada, vaya; esperemos no acostumbrarnos a tanta cosa buena no vaya a ser…

Más imágenes en los blogs de Pablo Gutiérrez así como en el de Antonio Gutiérrez.