miércoles, 29 de octubre de 2008

Lo que trae el frío


Se anuncia a bombo y platillo la entrada de una masa de aire frío llegada desde el lejano norte. Con este panorama, no tardamos los ornitólogos en frotarnos las manos, y no a causa de las bajas temperaturas precisamente.

Expresiones como "cuidado con las rarezas", "buenas previsiones para las aves marinas", etc... se leen en estas fechas en los diferentes foros que en este pais tenemos dedicados a las aves. En no pocas ocasiones se acierta y en algunas otras se falla de modo estrepitoso pero, por fortuna, incluso en estos casos casi siempre queda una muestra de lo que pudo ser y no fue. Y ahí la ubicación geográfica de Cariño tiene mucho que decir al respecto.

Viene esto a colación de que ayer mi colega Ricardo Hevia ha sacado un 1º invierno de gaviota de Delaware (Larus delawarensis) en "nuestra" playa de la Concha, el primero de la temporada invernal en Galicia (excepción hecha de algún ejemplar veraneante...).


Larus delawarensis integrada en el bando de láridos de la playa de A Concha. (Foto:R.Hevia)

Parece claro que la fecha es ciertamente temprana para recibir ejemplares de esta especie en latitudes tan meridionales donde, por lo general, no suelen arribar en buen número a Galicia hasta bien entrado diciembre. Otra toma más del ave:


Gaviota de Delaware 1º invierno, Cariño. (Foto: R.Hevia)


Siendo pesimistas podríamos decir que quizás solamente se trate de una muestra puntual que refleje esta situación de invierno anticipado. Viendo la botella medio llena quizás sea la avanzadilla de una abundante caída de migrantes norteños.

Quien sabe...

miércoles, 22 de octubre de 2008

Las tardías golondrinas de O Vicedo


O Vicedo es, para aquellos que no lo conozcan, el tercer ayuntamiento más septentrional de la península ibérica tras los de Mañón y Cariño. Situado en el extremo más occidental de la Mariña lucense, su costa es recortada y su población escasa. Con todo, en el coqueto núcleo de O Vicedo la presencia de golondrinas comunes (Hirundo rustica) no es escasa, y su canto estival se escucha casi en cada calle.

El pasado viernes día 17 de octubre la tarde no era veraniega, pero sí soleada. El cielo había amanecido despejado, sin duda una falsa tregua entre dos jornadas lluviosas propias del otoño como fueron las del jueves y sábado. Eran ya la sobremesa cuando atravesaba yo la villa marinera por la infausta carretera norte de Galicia, cuando reparé en el hecho de que sobre uno de los cables telegráficos de la travesía principal que cruza el casco urbano había posado lo que -sin duda- parecía un volantón de anduriña, que es como aquí llamamos a las Hirundo rustica.

Me equivocaba, no era un polluelo de golondrina, eran dos. Rápidamente pensé en la fecha, sorprendiéndome que por estas latitudes peninsulares todavía quedasen los rescoldos del verano. Pero mi sorpresa no hizo más que acrecentarse al comprobar atónito como un ejemplar adulto (con sus largas y lustrosas rectrices exteriores incluidas) llegaba para cebar a uno de los polluelos mientras que el otro también reclamaba para sí parte de la pitanza.

¿Pero que hacen estas golondrinas de esta guisa a estas alturas del calendario por aquí?. Me paré un instante a seguir la secuencia, que pudo ser tal que ésta registrada unas fechas atrás en Ribadeo:



Jovenes de Hirundo rustica.

Los polluelos esperan en el cable la llegada de los adultos, mientras vigilan los movimientos de éstos.



Momentos después parece que uno se aproxima, lo que hace intuir a los pollos que se dirige hacia ellos. Comienza la algarabía para ver quien reclama con mayor fuerza las atenciones del progenitor.



Evidentemente, quien ya ha comido y se encuentra saciado ni se molesta en gastar energías de manera inútil. Pero sí sus hermanos...



La arribada del adulto dispara las ganas de comer y los polluelos despliegan todo su repertorio para ser el elegido.



Hasta que finalmente uno de ellos se lleva el gato al agua, dejando al desafortunado hermano hambriento y reclamando sus derechos...



De todos modos, la sangre nunca llega al río y la paz se adueña de la prole en breves instantes.



Lo cierto, y aunque resulte increible, es que las golondrinas regulan tremendamente bien los turnos de comida en función de las carencias y necesidades de cada cría. Como puede verse en la siguiente imagen, el jovenzuelo descartado en la toma anterior resulta el agraciado en esta ocasión.



Y en cuanto la cosa se calma un poco, vuelta a comenzar por el primero de todos ellos...



La justicia paterna de las golondrinas. Pero volviendo al comentario fenológico, revisando mis notas he caído en la cuenta de que tal día como hoy (22/10), pero un año atrás, observé posado -de nuevo- en un cable telegráfico una joven golondrina común... ¡¡ y también en O Vicedo !!. En aquella ocasión fue en las inmediaciones de la playa de Xilloi, a donde había acudido a la procura de los paseriformes que habitaban sus dunas, con suerte dispar.

Curiosa coincidencia esta. ¿Por qué se quedarán criando hasta tan tarde las golondrinas de O Vicedo?. Su razón de ser tendrá...

Otro blog cantábrico

Me advierte el compañero Javier Gil Vaquero de la puesta en marcha de un nuevo blog que él mismo administra. El portal, de reciente creación, sirve como nexo de unión -con las aves como hilo conductor- de las tierras astures y cántabras. De ahí su nombre: Aves del Oriente de Asturias y el Occidente de Cantabria.

Una excusa más para pegarse bien a la pantalla del ordenador. Queda inmediatamente enlazado en este portal dentro del epígrafe oportuno.

Suerte a Javier pues.

jueves, 16 de octubre de 2008

Otra especie para la comarca de Ortegal


Desde el pasado 10 de abril, fecha en la que se observó un ejemplar de aguilucho papialbo (Circus macrourus) en la playa de Ortigueira, no se había registrado una nueva especie de ave para la comarca de Ortegal. Y eso que hasta dos Pterodroma han pasado por la zona...

Esta lluviosa tarde de otoño Ricardo Hevia ha registrado un par de ejemplares de paloma zurita (Columba oenas) posadas en un tendido eléctrico cercano a Bares, ayuntamiento de Mañón. El documento fotográfico de una de ellas es este:



Columba oenas cerca de Bares.


A la mente me viene una observación personal de esta misma especie hace años en las dunas de la playa de A Frouxeira (Valdoviño), lugar próximo pero ya fuera de la comarca. Si la memoria no me falla debió producirse por estas mismas fechas del otoño, coincidiendo también con algunas aves localizadas por compañeros asturianos en la rasa occidental de la comunidad vecina.


Enhorabuena a Ricardo por la cita. Ya tenemos una especie más.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Collage natural


Desde hace unas semanas he estado acumulando experiencias de campo, no todas ellas aderezadas con imágenes acreditativas de las mismas, pero sí algunas. En ocasiones uno pasea solo, como suelo hacer los lunes por Rinlo o cualquier otra jornada por la playa de Cariño; otras veces acompaño a mis amigos Ricardo Hevia y David Martínez Lago. De un modo o de otro siempre se disfruta de las aves.

En Rinlo la cosa ha evolucionado mucho en las últimas fechas. A día 29 de septiembre ya estaban los halcones peregrinos (Falco peregrinus) rondando a las presas en los prados...


Falco peregrinus en vuelo de caza.

Los migradores estivales que deben cruzar el Sáhara se apoyaban en el todavía erguido maiz (eso sí que a día de hoy permanece invariable), como esta tarabilla norteña (Saxicola rubetra):


Tarabilla norteña en un maizal.

Otros buscaban el sustento diario a ras de suelo, como este otro colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus):


Colirrojo real hembra/juvenil.

Este insectívoro da la sensación de que ha sido más abundante en la migración que en pasadas temporadas, o al menos esa es la impresión que nos ha causado a unos cuantos. En Rinlo también me encontré con currucas zarceras (Sylvia communis), los primeros chorlitos dorados (Pluvialis apricaria) migradores y una tempranera bisbita de richard (Anthus richardi), uno de los emblemas de la zona.

No dejé de sorprenderme cuando a pies de unas frisonas lecheras me topé con 21 garcillas bueyeras (Bulbucus ibis) que, después de picotear todo lo habido y por haber, tomaron las de Villadiego (¡¡saludos a David, amigo natural de esta localidad castellana!!) con dirección Ribadeo.


Parte del bando de Bubulcus ibis.

Otro día por la sierra de A Capelada mis colegas y yo sorprendimos a un raposo (Vulpes vulpes) en uno de sus merodeos habituales.


Zorro común entre prados y matas de Erica.

Evidentemente, sorprender a un raposo (o golpe, como le solemos llamar en Cariño) es algo que no se puede sostener en el tiempo en demasía. Y claro, fijó sus verdes ojos en los observadores.


Vulpes vulpes.

Y, lo que son las cosas, cuando algún migrador primaveral rezagado no ha abandonado estos lares uno -el amigo Ricardo- se encuentra con aves originarias del gran norte, especies total y absolutamente distintas, con colores diferentes y hábitos norteños. Paseando por las pistas de Ortegal o, quizás, por una duna marítima puede escucharse -si la suerte acompaña- ese trino que los escribano nivales emplean como contacto de grupo. Los prados de Herbeira han dado el primer copo del invierno...


Plectrophenax nivalis. (Foto: R. Hevia)

Son los nivales aves activas, siempre a la procura de semillas en las cunetas terrosas de las pistas forestales, en las laderas dunares orientadas hacia la orilla, en el dique de abrigo de un puerto... Siempre en movimiento de aquí para allá, y habitualmente confiados con el ser humano.


Escribano nival en Herbeira (Foto: R. Hevia)

Así son estos recién llegados, de un tiempo a esta parte cada vez más escasos. Lejos queda ya aquel bando de más de medio centenar de aves observado en Herbeira en el otoño de 1996.

Era toda una nevada que cuando se alzaba sobre el piso semejaba un enjambre de algodón. De copos blancos nivales, por supuesto.

¿Phalaropus sp.? No, Phalaropus fulicarius


Decía en mi anterior post que el falaropo observado en la salida marina realizada el pasado domingo día 12 de octubre debía tratarse de un falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius), pero fue tan fugaz la cosa que a algunos nos quedó la mínima duda.

Por suerte había grandes fotógrafos embarcados, así que el compañero Miguel Rouco (¡¡gracias Miguel!!) obtuvo la siguiente instantánea:


Phalaropus fulicarius. (Foto: M.Rouco)

Pinchando sobre la foto se puede ampliar la misma y descubrir que, sin duda, el falaropo picogrueso es el protagonista.

Por cierto, que Miguel ha colgado en su web www.avesibericas.es toda una colección de imágenes de gran calidad representativas de lo que disfrutamos el pasado fin de semana.

Podéis disfrutar de las mismas pinchando justamente AQUÍ.

martes, 14 de octubre de 2008

Saliendo a navegar otra vez


Pues así es.

El pasado domingo día 12/10/2008 hemos realizado una nueva excursión ornitológica marina al norte de Cariño y tierras de Ortegal embarcados en el Aula do Mar del concello cariñés. La salida nos ha dejado diferentes estampas que en ocasiones previas.

No ha estado mal, si bien las fechas ya no permitían observar algunas de las especies anteriormente divisadas ni tampoco mantener el altísimo nivel -en la heterogeneidad de especies- exhibido en el mes de agosto. Podría decirse que la sido un suave aterrizaje en la realidad.

Verá quien desee leer este post que las imágenes muestran especies no registradas el pasado domingo; esto se debe a que voy a colgar unas fotografías que obtuvo el colega turco Emin el pasado día 31/8/2008, precisamente enrolado en el Aula do Mar.

Así pues mis agradecimientos a Emin, وبفضل Emin.


Pardela capirotada (Puffinus gravis)

Pues como decía, la salida arrancó ya sobrepasadas las 8:00 a.m., y con unas condiciones climatológicas impropias -por envidiables- del mes de octubre. Sin apenas brisa y una muy buena temperatura nos topamos de bruces con las primeras pardelas sombrías (Puffinus griseus) al poco rato de superar el promontorio de Ortegal. Los grupos de alcatraces (Morus bassanus) en migración activa hacia el oeste nos brindaban hermosas estampas aderezadas por la luz suave del sol al romper sobre Estaca de Bares.

Al poco pardelas baleares (Puffinus mauretanicus) y un más que posible falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius) llevaron los prismáticos a los ojos de los ornitólogos. Lo cierto es que daba la sensación de que la calma era excesiva, y que las especies irían cayendo con cuentagotas. Así fue.

Lo siguiente fue un págalo pomarino (Stercorarius pomarinus) pasando lejano por la popa, entre la marabunta de gaviotas (patiamarillas y sombrías) atraídas por el pan.


Grupo de Stercorarius pomarinus observados el 31/10/2008

Y en estas apareció una de las estrellas de la jornada, la pardela capirotada (Puffinus gravis). Un ejemplar acudió a nuestra estela dejándose ver en unas cuantas ocasiones a mayor distancia primero y más de cerca posteriormente. A la fiesta se unió una gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus), especie esta que -incomprensiblemente- no había sido registrada todavía en nuestras salidas pelágicas (aunque sí en recorridos turísticos costeros).

Los que no fallaron en toda la jornada fueron los págalos grandes (Stercorarius skua), abundantes todo el día. Alguno incluso nos siguió durante horas.


Stercorarius skua entre charranes.

Poco después llegó el momento dramático del día. De la nada, con un vuelo fluctuante y visiblemente agotado apareció un ejemplar de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros), un ave con plumaje tipo hembra. Después de una travesía seguramente larga la costa estaba ya a la vista (8 millas náuticas, unos 15 kms) pero no parecía poder soportarlo ya. Dió la sensación de que quiso posarse en el barco -sin éxito- por lo que optó por hacerlo sobre el agua marina.

En ese momento lo dimos por fallecido, pero muchos nos quedamos perplejos al ver como alzaba una vez más el vuelo después de unos segundos de descanso. Era el último intento por prolongar su vida porque de contínuo cometió un grave error. Sus vaivenes y vaciles no hacían presagiar nada bueno, llevándolo a colocarse a rebufo del barco, sin duda para parapetarse de muy suave brisa.


Como dijo un compañero "se metió en la boca del lobo...". Era cierto, una joven e inmisericorde gaviota no tuvo piedad de él y se lo desayunó.

Perfectamente se podría aplicar aquí aquel refrán que decía "tanto nadar para morir ahogado en la orilla". R.I.P.

A lo lejos un par de págalos pasaban, uno al menos identificado por Ricardo Hevia como Stercorarius parasiticus mientras que el otro quedará para siempre como Stercorarius parasiticus/pomarinus.


Págalo pomarino.

Llegamos a las 20 millas náuticas sin mucho más que contar, alguna pardela sombría, skuas, un gavión (Larus marinus) y hasta una par de gaviotas de sabines (Larus sabini) fugaces. Mal día para las especies estivales, pero de la famosa tétrada (sabine,-capirotada,-Wilson-rabero) llevábamos 2 de 4. Menos da una piedra.

Y con eso hubo que conformarse porque los paíños de Wilson (Oceanites oceanicus) no acudieron al "chum" y los paíños comunes (Hydrobates pelagicus) lo hicieron de modo discreto. Del págalo rabero (Stercorarius longicaudus) ni rastro.


Págalo rabero 1º verano observado el 31/08/2008

A la vuelta una novedad novedosa, una gaviota tridáctila (Rissa tridactyla), la primera de la temporada. También un págalo parásito y alguna que otra sabine (un grupillo de 4 aves), especie de la que ya no pudimos toparnos con aves que mostrasen la librea estival completa.

En nuestro retorno, y otra vez a las 8 millas de tierra otro nuevo colirrojo tizón (también tipo hembra) nos visitó, sin llegar a posarse (ni en el barco ni en la mar); hizo muy bien. Tras un breve merodeo puso pies en polvorosa con dirección sur, adelantando a la embarcación en un trémulo vuelo a ras de agua que a muchos nos puso el corazón en un puño. Puede que lo haya conseguido.

Y como de paseriformes iba el asunto, a las 5 millas náuticas de tierra un nuevo pajarillo sobrevoló el barco, aunque en esta ocasión a unos 5 metros sobre nuestras cabezas y con unas energías notablemente más potentes que las de sus dos antecesores. Se trataba de un petirrojo (Erithacus rubecula) en plena migración.

No tardó en desestimarnos y direccionarse hacia tierra firme. Un invernante más que llegaba.

Y a las 15:15 horas pisábamos el puerto cariñés, con un buen listado de aves del que ahora mismo informo y una manada de delfines comunes (Delphinus delphis) haciéndonos compañía durante breves segundos.

El día 26/10 y el 02/11 más (veremos si mejor).

Lista de aves observadas:

Arao: 1

Alca: 1

Pardela balear: 39

Pardela sombría: 36

Negrón común: 12

Págalo pomarino: 5

Págalo parásito: 2

Págalo parasito/pomarino: 2

Págalo grande: 18

Falaropo sp. (probablemente fulicarius): 1

Pardela capirotada: 1

Gaviota de Sabine: 10

Paíño común: 14

Gavión atlántico: 1

Gaviota cabecinegra: 1

Charrán patinegro: 4

Gaviota tridáctila: 1

Colirrojo tizón: 2 (uno predado)

Petirrojo: 1

Pardela cenicienta: una balsa de unas 50 aves aprox. entre los puertos de Cariño y Espasante.

Por supuesto, obvio la cantidad de gaviotas patiamarillas (Larus michahellis) y sombrías (Larus fuscus) registradas.


En el blog del compañero Antonio Sandoval se puede contemplar un vídeo de una de las estampas más repetidas -y no por ellos menos emblemáticas- de las salidas marinas. Para verlo llega con pinchar aquí.

viernes, 3 de octubre de 2008

Nuevo blog sobre aves en Galicia


Pues sí, ha nacido un nuevo espacio pajaril gallego en la red.

Se trata de un blog capitaneado por Óscar Martínez Roza y que, entre otras cosas, nos tendrá al corriente de todo cuanto vaya sucediendo en las latitudes meridionales de la dorsal gallega, esa gran desconocida que cada año no para de darnos sorpresas. Y a buen seguro que los sobresaltos continuarán...

¿Qué como se llama el blog? "Aves no Sur da Dorsal Galega", como sino. Podéis encontrar el enlace en la columna de la derecha o bien simplemente clicando aquí.

Sólo me resta felicitar a Óscar tanto por la iniciativa como por la magnífica calidad de sus primeras instantáneas así como animar al personal a visitar el lugar con asiduidad. Seguro que merece la pena.