Pasó lo que tenía que pasar: Galicia no podía quedar al margen de esta "ola" de cernícalos patirrojos que está viviendo todo el Estado.
Llevábamos Ricardo Hevia y yo días y más días viajando a la comarca de la Terra Cha (véanse posts previos) en busca del Falco vespertinus, siempre con infructuoso éxito. Pero justo ayer, cuando quien escribe se dedicaba a pajarear por tierras navarras (prometo un post al respecto en breve) apareció el ave en A Veiga de Pumar.
Lo que ya he dicho muchas veces, la ley de Murphy al servicio de un servidor.
Subo fotos que me ha pasado Ricardo Hevia, y que le agradezco sobremanera.
Falco vespertinus hembra.
Otras toma de la hembra de cernícalo patirrojo.
Y una tercera imagen.
Menos mal que cuando regresaba a casa un macho de esta misma especie se cernió casi sobre el parabrisas de mi coche, en la A-12 entre Logroño y Nájera, para aliviar cierta parte del desasosiego que traía tras haberme fallado el F.vespertinus en Pitillas.
No ha sido en Galicia, pero menos da una piedra...
sábado, 31 de mayo de 2008
martes, 27 de mayo de 2008
Sólo había que buscarla...
La de ayer fue tarde dedicada a buscar buscarlas (valga la redundancia) en el noreste de Galicia y en la aledaña Asturias occidental. No se dió mal el asunto.
Localizar un lugar con el hábitat apropiado para la especie y mucha, muchísima paciencia, las claves del éxito. Llevaba unos cuantos intentos infructuosos en la presente primavera (incluida una escucha en la ría de Cariño y Ortigueira), y la verdad es que la tarde de ayer me pareció especialmente propicia en lo climatológico dada la humedad reinante y los chubascos intercalados con claros soleados.
Vista de un hábitat adecuado para observar Locustella naevia.
Luego de deambular por un par de lugares, la suerte me sonrió. Un par de observaciones fugaces de un pajarillo "tipo buscarla" me permitieron centrarme en el ave en cuestión, obviando el resto de "tenores" presentes en la zona. Y no eran pocos...
Buscarla pintoja con ceba entre el herbazal.
No tardó en asomarse una activa Locustella naevia entre las matas de hierba, aunque mi sorpresa fue ver que portaba una nada desdeñable cantidad de insectos en su pico.
Locustella naevia, especie siempre esquiva.
Entre los nervios del observador y lo inquieta que era el ave no pude más que tirarle dos o tres fotos. Luego voló hacia una mata de zarzas, en la que se adentró para salir a los pocos segundos ya sin la ceba. Decidí pues centrar mi atención en ese punto concreto donde había de localizarse el nido y, cada pocos segundos, pude comprobar como ambos adultos aportaban más y más comida al zarzal. Había un nido con polluelos, sin lugar a dudas.
Ya más relajado, me permití disparar alguna instantánea a aquellas aves que, hasta ese momento, no existían para mis ojos.
Hippolais polyglotta cantor.
En definitiva, una jornada de lo más entretenida.
Lo mejor llegó cuando tras una hora y media me disponía a recoger los bártulos. Una de las buscarlas pintojas, como en una muestra de agradecimiento, recorrió los aproximadamente 150-200 metros que me separaban de la ubicación del nidal (desde dónde había estado controlándolas con el telescopio) y se posó justo en una rama a escasos metros de mi. Parecía como si quisiera ofertarme una foto de recuerdo; no desaproveché la ocasión.
Locustella naevia encaramada a un sauce. Obsérvense las rectrices centrales desgastadas.
Y con esto, regreso a casa. Hoy tampoco estuvo mal, y que siga así...
lunes, 26 de mayo de 2008
I Jornadas de Turismo Ornitológico en Donostia
Esta semana se celebran las I Jornadas de Turismo Ornitológico en Donostia-San Sebastián.
Organizadas por los compañeros de SEO-Donostia -y capitaneadas por el bueno de Ramón Elósegui y compañeros- se pone en marcha una nueva e interesante iniciativa encaminada a dar a conocer proyectos y experiencias que conjugan aves y turismo como pilares fundamentales.
Las disertaciones tocarán temas tan variopintos como el impacto turístico del programa Migres en el Estrecho de Gibraltar, el desarrollo económico de comarcas castellano-leonesas en torno a la rehabilitación de humedales como el de La Nava, Turismo Ornitológico en Escocia y su implantación en As Rías Altas gallegas o el turismo ornitológico en La Pampa uruguaya.
Las charlas son, como véis, de lo más diversas. Sobra decir que este tipo de convocatorias siempre son una buena disculpa para conocer gente nueva y lugares donde pajarear.
Así que no me queda otra que animar a todos aquellos que puedan pasarse esta semana por La Bella Easo -ciudad que por si sola ya es digna de visitar en profundidad- a que no dejen pasar la oportunidad de dejarse caer por las conferencias.
Para conocer el programa completo podéis pinchar aquí.
Organizadas por los compañeros de SEO-Donostia -y capitaneadas por el bueno de Ramón Elósegui y compañeros- se pone en marcha una nueva e interesante iniciativa encaminada a dar a conocer proyectos y experiencias que conjugan aves y turismo como pilares fundamentales.
Las disertaciones tocarán temas tan variopintos como el impacto turístico del programa Migres en el Estrecho de Gibraltar, el desarrollo económico de comarcas castellano-leonesas en torno a la rehabilitación de humedales como el de La Nava, Turismo Ornitológico en Escocia y su implantación en As Rías Altas gallegas o el turismo ornitológico en La Pampa uruguaya.
Las charlas son, como véis, de lo más diversas. Sobra decir que este tipo de convocatorias siempre son una buena disculpa para conocer gente nueva y lugares donde pajarear.
Así que no me queda otra que animar a todos aquellos que puedan pasarse esta semana por La Bella Easo -ciudad que por si sola ya es digna de visitar en profundidad- a que no dejen pasar la oportunidad de dejarse caer por las conferencias.
Para conocer el programa completo podéis pinchar aquí.
viernes, 23 de mayo de 2008
Lluvia y más lluvia
La cosa empieza a resultar, en lo climatológico, demasiado monótona a estas alturas del año. Después de vivir uno de los inviernos más secos de las últimas décadas, ahora nos toca sufrir una de las primaveras más húmedas -si no la más- que uno recuerda.
Desde unos días antes de que comenzase la este año tempranera Semana Santa, casi no hay fecha que no se haya pasado por agua. Vale aquello de "En abril aguas mil", pero es que estamos a 23 de mayo y la cosa no tiene visos de mejorar...
Arriesgamos ayer tarde Ricardo Hevia y yo en nuestra visita a Cospeito, y el tiro no salió por la culata de milagro. Pasamos primero por una zona de prados abiertos, donde lo más significativo fue la presencia de un zarapito real, siempre interesante en el interior lucense en estas calendas. El ave parecía ser un macho. Algo más allá un cuco de fase gris y unas pocas codornices cantando.
Aterrizamos en uno de los observatorios de la laguna, en concreto en la cara E., con un cielo gris, muy gris. No tardó en descargar con virulencia... Mientras llovía repasábamos los bordes de la laguna, con un par de ruiseñores bastardos (Cettia cetti) cantores y 5 Riparia riparia como más significativo. Una hembra de ánade real custodiaba a 6 polluelos de escasos días, mientras que otra hacía lo propio con 4 crías ya talluditas.
De repente, tras una hora guareciéndonos, aparecen de la nada dos anátidas, ambas machos. Uno de ellos un Anas platyrhynchos, y el otro éste:
Anas querquedula.
Un precioso ejemplar de cerceta carretona, sí señor. Este año casi se ha vuelto rareza en Galicia, entre otras cosas porque su habitualmente conspicuo paso prenupcial ha sido paupérrimo esta temporada.
Cerceta carretona y ánade real en Cospeito.
El cielo gris no permitía grandes florituras fotográficas, y como salir del hide era poco menos que un suicidio, esto es lo que hay...
Vista posterior del ave, con sus diagnósticas cejas blancas. Obsérvense los goterones de lluvia sobre las aguas.
No estábamos solos en el humedal. Un grupo de tres ornitólogos también soportaban estoicamente la tromba resguardados en otro observatorio, justo en la orilla opuesta.
Detalle de la nuca del macho de Anas querquedula.
Poco rato más tarde las anátidas desaparecen con idéntico disimulo al mostrado en su aparición, y entra en escena un nuevo protagonista en Cospeito: la nutria.
Lutra lutra. Foto lejana de un ejemplar comiendo un pez.
Efectivamente, esta es una de las especies emblamáticas de los humedales de A Terra Cha. Disfrutamos unos 15 minutos de las idas y venidas del mustélido acuático, mientras que se homenajeaba con un festín alimenticio.
Y dos horas más tarde, el cielo se da a si mismo un tregua de unos 5 minutos, suficiente como para escaparnos al coche. Sin mucha esperanza nos desplazamos a Veiga de Pumar, donde sólo nos recibieron 31 cigüeñas blancas, algunos trigueros, varios milanos y 5 aguiluchos cenizos. Por cierto que los Circus pygargus presentaban todos ellos (3 machos y 2 hembras) el plumaje típico de la especie, sin aberraciones melánicas.
Días atrás Gustavo Martínez había visto una cigüeña negra entra las blancas; no fue ayer el caso. Y como las nubes no daban señales de tregua regresamos a casa.
¡¡Qué remedio!!.
miércoles, 21 de mayo de 2008
La estación avanza impertérrita
El lunes no tuve más que echar un ojo en Rinlo y resto de la costa ribadense. Poca novedad, todo sea dicho de paso.
En la charca temporal de Rinlo poco más que una hembra de Anas platyrhynchos con 6 polluelos ya crecidos, además de un macho de ánade friso un tanto desubicado.
Hembra de Ánade real con varios pollos.
También he sacado algunas parejas de Lanius collurio a lo largo de la costa, un par de machos de Sylvia melanocephala marcando territorio, un ruiseñor bastardo cantor y un bando de -como mínimo- 72 palomas torcaces en un terreno arado de A Devesa.
Hoy hemos pajareado un poco por Ortegal y Ferrolterra. La cosa comenzó de sopetón, con la advertencia de un amigo (Gustavo Yáñez) a Ricardo Hevia de que "estaba viendo lo que parecen un bando de buitres sobre el pueblo. Uno de ellos es más oscuro". Ricardo se acerca al lugar... ¡¡en pleno casco urbano de Cariño!!, y las rapaces ya no están; se habían desplazado un poco hacia A Capelada.
Pero sí, Gustavo acertaba. Un mínimo de 11 Gyps fulvus volaban cerca del cariñés monte de A Miranda acompañados por un buitre negro juvenil. Hubo tiempo de tirarle una imagen lejana.
Foto lejana de Aegypius monachus juvenil en Cariño (R.Hevia).
Un poco más allá, en los lindes con el vecino ayuntamiento de Cedeira, el grupo aumenta de efectivos hasta alcanzar los 35 integrantes, perdiéndose en la sierra...
Minutos después, Ricardo y yo marchamos con dirección a la laguna de A Frouxeira, donde la conocida Egretta alba (muy bonita en plumaje estival), el archifamoso macho de cerceta aliazul, un macho de Aythya fuligula, 2 vuelvepiedras, 21 correlimos tridáctilos y un enorme bando mixto de hirundínidos (golondrinas y aviones) con vencejos nos esperaban. Los mosquitos casi nos comían, y de ahí el oportunismo de los hirundínidos presentes; se estaban poniendo las botas.
Luego de una hora -y un par de chaparrones- nos desplazamos al embalse de As Forcadas, coincidiendo antes de arrancar con nuestros buenos amigos Antonio y Luz.
El pantano no defrauda de un tiempo a esta parte, y no fue menos en esta ocasión. Sacamos un par de Riparia riparia justo en el momento previo a contemplar -una vez más- a esa sospechosa pareja de porrón moñudo que deambula por el lugar. Son estos dos individuos:
Pareja de Aythya fuligula dormitando en las aguas de As Forcadas.
Habrá que seguirlos muy de cerca, no vaya a ser que les dé por criar...
Por cierto, los que sí están de enhorabuena son la pareja de somormujos lavancos que se empeñaban en incubar desde hace unas fechas. Pues bien, la familia a aumentado ya que esta misma tarde al menos un pequeño polluelo descansaba a espaldas de uno de los progenitores, mientras éste continuaba tirado en la plataforma de cría. Daba la sensación de que la cría hacía escasos minutos que había llegado al mundo.
Podiceps cristatus.
Por tanto, por segundo año consecutivo, se confirma la reproducción de esta especie en el embalse de As Forcadas, dato en todo caso importante en la provincia de A Coruña.
En otro sector del pantano, un milano negro repasa las orillas con su oscilante vuelo.
Antes de volver a casa, parada en la ría de Cariño y Ortigueira. En la ensenada de Mera todavía dormitaban 3 Tadorna tadorna, mientras que en las estacas de los intermareales del tramo medio de la ría descansan posados una veintena de Numenius phaeopus, 6 gaviotas reidoras (3 juveniles y 3 nupciales), 3 cormoranes grandes juveniles y una garceta común.
En los próximos prados de Leixa un par de parejas de alcaudón dorsirrojo custodian sus feudos, distantes entre sí no más de 200 metros. No sé si es una sensación personal, pero parece que los L.collurio se han vuelto más numerosos este año.
Como última parada in extremis, la playa de Fornos.
Arenal de Fornos, en Figueiroa (Cariño).
Había que intentar los colimbos, a sabiendas de que las fechas no eran las más apropiadas. Y así ha sido, ni el primero. Salvamos los papeles con 12 negrones comunes (10+2), un 75% de ellos machos.
Luego, ya en casa, el ritual de cada año: final de Champions tocaba. Fútbol es fútbol, la actualidad es cíclica, impávida.
viernes, 16 de mayo de 2008
Águilas imperiales: Live in Cabañeros
Nota breve para informar que, desde S.E.O., se está haciendo un seguimiento en vivo -mediante cámaras de vídeo- de las peripecias reproductoras de una de las escasas parejas de Aquila adalberti que crían en el castellano-manchego parque nacional de Cabañeros.
Pueden verse imágenes aquí.
Ya estamos todos
Eso parece, ya han llegado los más rezagados.
Ayer por la tarde hemos visto en la parroquia de Taraza, Valdoviño (A Coruña) un ejemplo de ello. Lo primero un precioso macho cantor de Hippolais polyglotta, con su típico tracateo verbal.
El zarcero común se afanaba en marcar sus dominios desde lo alto de un zarzal. No lejos de este el segundo de los recentemente arribados desde el continente negro: un alcaudón dorsirrojo.
Lanius collurio en Taraza.
El animal, también un macho, cantaba como loco desde el alto de un Salix. Durante la hora que estuvimos disfrutando de su presencia, no dejó de capturar insectos a la vez que repetía su irregular estrofa.
No dejó el animal de aproximarse un poco a nosotros, para ver que se cocía...
Alcaudón dorsirrojo macho.
El ecosistema que el animal regentaba estaba salpicado de arbustos, zarzales, regadíos, vegetación de ribera, etc... muy al estilo de este animal que, en la península Ibérica, tiene como límite sur de su área de cría el famoso Camino Francés que lleva a Santiago de Compostela.
Picanzo vermello, un poquito más cerca.
Por Europa su distribución es muy extensa, si bien en el Reino Unido (donde se le conoce como Red-backed Shrike) solamente ocupa una pequeña parte del sector suroriental de Gran Bretaña.
Para quien escribe esta especie es, sin lugar a dudas, la más hermosa de entre las de su género. Y no solamente porque representa una seña de identidad del verano cantábrico, sino también porque su limpia y colorista librea lo hacen especialmente vistoso.
Tras Taraza, regreso con parada breve en As Forcadas. La primera sorpresa es la presencia de 3 Aythya fuligula, una sospechosa pareja y un macho solitario. A ver que pasa...
Un poco más allá, otras tres aves nadandan. Se trata esta vez de Podiceps cristatus, una pareja y otro individuo suelto.
Pero sin discusión lo mejor llegó en el recobeco del pantano conocido como "el manglar" por los que habitualmente nos acercamos al lugar. Se trata de una de las colas del embalse, formada por un emisario menor, en la que abundan los Salix inundados. Un inquieto fumarel común repasaba la superficie en la procura de insectos. Intentar fotografiarlo fue toda una odisea...
Chlidonias niger en As Forcadas.
El ave presentaba su oscuro y lustroso plumaje reproductor, y no se mostraba especialmente esquivo, muy al contrario, llegó a ponerse a tan sólo unos 4-5 metros de los observadores.
Gaivina negra, en vuelo rasante sobre las aguas de As Forcadas.
Por supuesto, y dada la dificultad, las imágenes se obtuvieron disparando directamente con la cámara.
Pues eso, que estamos todos. De cualquier modo, cualquier nueva llegada será bienvenida.
jueves, 15 de mayo de 2008
Más de 10.000 gracias
Sirva esta nota para agradecer de manera entusiasta a los amigos, conocidos, amantes de las aves, colegas ornitólogos o simples curiosos de la red sus visitas a este blog, creado un 14 de noviembre de 2007. Han transcurrido 6 meses, pero me han parecido tres días.
Como muchos habréis adivinado por el título de este post, estos días pasados (concretamente el domingo 11) eran/erais más de 10.000 personas las que ya habían/habíais pasado a curiosear de manera puntual o habitual este rinconcillo virtual. A día de hoy, y según el contador web de Fatbirder (que es el que he instalado desde la primera jornada), llevamos unas 10.304 visitas, esto es, nada más y nada menos que una media de 56 internautas día. Con todo, hay gente a la que le gusta entrar varias veces en la misma jornada (una de cada tres), por lo que el número de entradas alcanza casi las 13.000.
Revisando las farragosas estadísticas, he de admitir que quizás lo que más me intriga es saber de que países proceden las visitas. Por supuesto España se lleva –de largo, 90%- la palma, seguida en el Top Ten (y por este orden) de U.S.A., México, U.K., Francia, Argentina, Bélgica, Colombia, Alemania y Perú.
Con todo, las visitas han llegado desde 63 naciones y, ahora sí, desde los 5 continentes. Los últimos en incorporarse al listado fueron los africanos Egipto, Sudán y Sudáfrica, junto a la americana y paradisíaca Jamaica; sobre este último estado, algo me dice que el viaje que el amigo Xabi Varela está realizando por allí puede haber tenido que ver….
Otros lugares exóticos son Arabia Saudita, Singapur, Kuwait, Hong Kong, Emiratos Árabes Unidos, Malasia, Sri Lanka (con ¡¡ 5 entradas!!). Como curiosidades destacar visitas de un lugar “Desconocido” (¿?) y una entrada de la Unión Europea (un ornitólogo aburrido en las oficinas de la Eurocámara de Estrasburgo, supongo…).
Solamente ha habido un día (el pasado 9 de mayo) en que las entradas extranjeras superaron a las nacionales, y de goleada: 2 de cada tres.
En definitiva, que no me queda más que agradeceros otra vez –y con la mayor de las sinceridades- vuestro interés. Nada de esto tendría sentido sin el apoyo que prestáis amigos.
GRACIAS
miércoles, 14 de mayo de 2008
¡¡ Qué nunca se acabe esta primavera !!
Es que cuando parece que la cosa amaina… Nada, ni por esas.
La pasada tarde Ricardo Hevia y un servidor nos hemos acercado a la comarca da Terra Cha, a ver que se cocía por allí.
Primera parada en los prados de A Espiñeira, donde un cuco nos esperaba en un árbol. También un macho de cernícalo vulgar, mucho estornino negro, algún triguero, un pico picapinos y poco más. Nos fuimos a la cercana laguna de Cospeito, un poquillo desmoralizados, para que engañarnos.
El humedal presentaba un magnífico aspecto, si bien sólo un grupo de Riparia riparia nos mantenía entretenidos. Un alcotán sesteaba en lo alto de un sauce, al tiempo que un par de fochas se buscaban la vida entre buceo y buceo; la cosa no marchaba. Pronto cambiaría nuestra suerte.
En el margen sur un ave se cruza volando en el visor de mi telescopio: un Chlidonias niger. ¡Qué digo uno, dos!. Ambas aves procuraban papeo en la superficie de la lámina de agua, mostrando una lustrosa librea estival.
Ya hacía tiempo que no los veíamos en Cospeito, unos años. Da la sensación de que esta especie está viviendo un marcado declive en muchas áreas en las que antaño fue habitual en sus migraciones. Con este respiro nos marchamos a la Veiga de Pumar.
Entre unas cosas y otras vamos encontrándonos con milanos negros, aguiluchos cenizos, trigueros a punta pala, alguna Ciconia… Pero lo mejor estaba por venir.
En lo alto de un Salix, un macho de Lanius collurio nos mira curioso; es el primer alcaudón dorsirrojo que vemos este año. Justo cuando lo voy a enfocar con mi cámara decide retirarse y dejarme con un palmo de narices. Y mira que estaba cerca…
Al girarme observo un pajarillo marrón que posado de frente a mi en una rama baja de un arbusto seco se limpia su recién lavado plumaje: un bisbita arbóreo. A este sí le disparo unas fotografías.
Anthus trivialis cantando en A Veiga de Pumar.
Muy cerca de donde estaba el alcaudón un zarcero común –primero del año de nuevo- asoma su cabeza entre unas ramas mientras canta. La cosa va lanzada, dos especies recientemente llegadas. Y otro llegado era, en ese justo instante, Gustavo Martínez Lamas. Mientras que nos saludábamos nos sobrevuela un ave de aspecto peculiar, que rápidamente llama mi atención. En un principio -y a simple vista- lo primero que se me vino a la cabeza fue la posibilidad de un Clamator glandarius, todo esto mientras que preparaba la cámara para dispararle una foto al ver que el animal aterrizaba en la copa de un árbol próximo.
En esas estaba yo cuando Gustavo dice “¡¡es un rabilargo!!”, y efectivamente, un rabilargo aparece en la pantalla de mi cámara fotográfica. Muevo el anillo de enfoque del telescopio despacito para obtener una foto buena (podría ser la 1ª de la especie en suelo gallego) y cuando ya lo tengo a punto… ¡¡se larga!!.
Que cara de gilip… se le queda a uno, la verdad. El primer Cyanopica cyanus de la provincia de Lugo, posiblemente el 2º ejemplar citado en Galicia, y se me escapa por escasas décimas (menos de un segundo, eso seguro). De cualquier modo comentamos lo interesante de la observación.
Una tarabilla recupera el posadero de la bisbita arbóreo, y poco más.
Macho de Saxicola torquatus.
Lo cierto es que la racha parece no querer tener fin, porque desde hace un mes esto es de lo que no hay, el no va más… ¿o sí?
La pasada tarde Ricardo Hevia y un servidor nos hemos acercado a la comarca da Terra Cha, a ver que se cocía por allí.
Primera parada en los prados de A Espiñeira, donde un cuco nos esperaba en un árbol. También un macho de cernícalo vulgar, mucho estornino negro, algún triguero, un pico picapinos y poco más. Nos fuimos a la cercana laguna de Cospeito, un poquillo desmoralizados, para que engañarnos.
El humedal presentaba un magnífico aspecto, si bien sólo un grupo de Riparia riparia nos mantenía entretenidos. Un alcotán sesteaba en lo alto de un sauce, al tiempo que un par de fochas se buscaban la vida entre buceo y buceo; la cosa no marchaba. Pronto cambiaría nuestra suerte.
En el margen sur un ave se cruza volando en el visor de mi telescopio: un Chlidonias niger. ¡Qué digo uno, dos!. Ambas aves procuraban papeo en la superficie de la lámina de agua, mostrando una lustrosa librea estival.
Ya hacía tiempo que no los veíamos en Cospeito, unos años. Da la sensación de que esta especie está viviendo un marcado declive en muchas áreas en las que antaño fue habitual en sus migraciones. Con este respiro nos marchamos a la Veiga de Pumar.
Entre unas cosas y otras vamos encontrándonos con milanos negros, aguiluchos cenizos, trigueros a punta pala, alguna Ciconia… Pero lo mejor estaba por venir.
En lo alto de un Salix, un macho de Lanius collurio nos mira curioso; es el primer alcaudón dorsirrojo que vemos este año. Justo cuando lo voy a enfocar con mi cámara decide retirarse y dejarme con un palmo de narices. Y mira que estaba cerca…
Al girarme observo un pajarillo marrón que posado de frente a mi en una rama baja de un arbusto seco se limpia su recién lavado plumaje: un bisbita arbóreo. A este sí le disparo unas fotografías.
Anthus trivialis cantando en A Veiga de Pumar.
Muy cerca de donde estaba el alcaudón un zarcero común –primero del año de nuevo- asoma su cabeza entre unas ramas mientras canta. La cosa va lanzada, dos especies recientemente llegadas. Y otro llegado era, en ese justo instante, Gustavo Martínez Lamas. Mientras que nos saludábamos nos sobrevuela un ave de aspecto peculiar, que rápidamente llama mi atención. En un principio -y a simple vista- lo primero que se me vino a la cabeza fue la posibilidad de un Clamator glandarius, todo esto mientras que preparaba la cámara para dispararle una foto al ver que el animal aterrizaba en la copa de un árbol próximo.
En esas estaba yo cuando Gustavo dice “¡¡es un rabilargo!!”, y efectivamente, un rabilargo aparece en la pantalla de mi cámara fotográfica. Muevo el anillo de enfoque del telescopio despacito para obtener una foto buena (podría ser la 1ª de la especie en suelo gallego) y cuando ya lo tengo a punto… ¡¡se larga!!.
Que cara de gilip… se le queda a uno, la verdad. El primer Cyanopica cyanus de la provincia de Lugo, posiblemente el 2º ejemplar citado en Galicia, y se me escapa por escasas décimas (menos de un segundo, eso seguro). De cualquier modo comentamos lo interesante de la observación.
Una tarabilla recupera el posadero de la bisbita arbóreo, y poco más.
Macho de Saxicola torquatus.
Lo cierto es que la racha parece no querer tener fin, porque desde hace un mes esto es de lo que no hay, el no va más… ¿o sí?
sábado, 10 de mayo de 2008
¡¡ Menuda pájara !!
Las podas de árboles pueden, en ocasiones, resultar muy rentables. Y sino que se lo digan a algunas personas, que tienen un concepto del aprovechamiento agrícola sostenible muy peculiar.
Un ejemplo de poda provechosa y sostenible (¡vaya si es sostenible!) es este.
Evidentemente, no es malo que cada cual reclame lo que crea oportuno, cosa más preocupante es que un juez decida apoyar la medida sin sondear las consecuencias más allá del propio pleito concreto. Peligroso precedente.
En fin...
Un ejemplo de poda provechosa y sostenible (¡vaya si es sostenible!) es este.
Evidentemente, no es malo que cada cual reclame lo que crea oportuno, cosa más preocupante es que un juez decida apoyar la medida sin sondear las consecuencias más allá del propio pleito concreto. Peligroso precedente.
En fin...
jueves, 8 de mayo de 2008
Tadorna tadorna y primer Tetrax
Comentaba yo en mi anterior post que, ayer, tres tarros blancos se alimentaban en la ensenada de Mera, en la ría de Cariño y Ortigueira.
Hoy a última hora de la tarde continuaban en el lugar los tres ejemplares, una pareja y un macho solitario que de tanto en tanto se aproximaba a ellos para tantear el ambiente. Las aves estaban ciertamente lejos, de ahí la malísima foto.
Pareja de Tarro blanco (Tadorna tadorna) en la ensenada de Mera.
Convenimos Ricardo y un servidor hacer una paradilla en Fornelos, en el tramo medio de la ría, donde lo más reseñable -y único- fue un nuevo ejemplar de tarro blanco nadando en el canal principal del intermareal.
Por lo tanto, son 4 los Tadorna tadorna presentes en la ría. Al igual que sucedió el año pasado, la presencia de esta especie en estas mismas fechas parecen señalar una tímida fenología migratoria prenupcial.
En otro orden de cosas, esta tarde en la comarca de A Terra Cha pudimos ver el primer macho de sisón del año. Además -bajo un aguacero tormentoso digno de ver- un par de aguiluchos cenizos, 4 cucos (entre ellos 1 hembra de fase roja), una pareja de tórtolas comunes, 14 milanos negros capeando el chaparrón en un árbol, 54 cigüeñas blancas y muchos trigueros.
La laguna de Cospeito (muy pobre, todo hay que decirlo) solamente arrojó una pareja de Fulica, dos hembras de ánade real con sus pollos -3 y 2 respectivamente- y un encharcado alcotán.
Hoy a última hora de la tarde continuaban en el lugar los tres ejemplares, una pareja y un macho solitario que de tanto en tanto se aproximaba a ellos para tantear el ambiente. Las aves estaban ciertamente lejos, de ahí la malísima foto.
Pareja de Tarro blanco (Tadorna tadorna) en la ensenada de Mera.
Convenimos Ricardo y un servidor hacer una paradilla en Fornelos, en el tramo medio de la ría, donde lo más reseñable -y único- fue un nuevo ejemplar de tarro blanco nadando en el canal principal del intermareal.
Por lo tanto, son 4 los Tadorna tadorna presentes en la ría. Al igual que sucedió el año pasado, la presencia de esta especie en estas mismas fechas parecen señalar una tímida fenología migratoria prenupcial.
En otro orden de cosas, esta tarde en la comarca de A Terra Cha pudimos ver el primer macho de sisón del año. Además -bajo un aguacero tormentoso digno de ver- un par de aguiluchos cenizos, 4 cucos (entre ellos 1 hembra de fase roja), una pareja de tórtolas comunes, 14 milanos negros capeando el chaparrón en un árbol, 54 cigüeñas blancas y muchos trigueros.
La laguna de Cospeito (muy pobre, todo hay que decirlo) solamente arrojó una pareja de Fulica, dos hembras de ánade real con sus pollos -3 y 2 respectivamente- y un encharcado alcotán.
Los buitres aumentan
Esta temporada va a ir -entre otras cosas- de buitres. Y no es esto un antojo caprichoso, sino que a uno le parece interesante el seguir la trayectoria a esa buitrera temporal que parece ya afianzada en un cortado cualquiera de Galicia.
Hacía 9 días que no nos dejábamos caer por el lugar, así que allá fuimos David Martínez, Ricardo Hevia y yo mismo. Antes de recoger a David en Ortigueira, los dos cariñeses decidimos hacer una parada en la ensenada de Mera, tramo más interno de la ría de Cariño y Ortigueira. Y nos salió bien la jugada.
A vista de pájaro, lo primero que detectamos con los prismáticos es un ejemplar de tarro blanco nadando en el canal principal. Una hembra de esta especie había sido localizada días atrás por David en el lugar, así que dimos por hecho que se trataba de ésta. Craso error, porque en un instante Ricardo encontró un segundo ejemplar casi al tiempo que yo daba con un tercer espécimen de Tadorna tadorna. Tras unos vuelos y más de una parada en diferentes puntos del intermareal, constatamos que se trata de 2 machos y una hembra. O para ser más exactos, una pareja y un macho solitario.
Luego de esta siempre interesante observación en tierras gallegas, nos encontramos con David… y venga a hacer kilómetros en procura de las carroñeras. Por el camino, el tormentoso cielo descargaba un refrescante chaparrón que logró descender en 5ºC la bochornosa temperatura ambiente. Esta lluvia nos hacía albergar más esperanzas respecto a la cantidad de Gyps fulvus recluidos en la pared. Y no nos fue del todo mal…
Fotos de casi 20 Gyps fulvus en la pared rocosa.
Una vez en el lugar, un primer conteo arroja la poco desdeñable cifra de 70 ejemplares. Casi nada. Sin duda uno de los mayores grupos vistos nunca en Galicia. El asombro reflejado en la cara de David es difícilmente descriptible.
Otras especies rupícolas como el avión roquero, cernícalo, cuervo o halcón peregrino ocupan además las repisas. Disfrutamos un poco más tranquilamente del panorama, coincidiendo con el resurgir del sol, los reclamos de las aves y el vapor de la tierra ascendiendo tras la lluvia.
Los buitres leonados, un poco más de cerca.
Para aprovechar el viaje, nos damos un paseo por unas cumbres próximas. Un par de buitres posados en una conífera, fringílidos –sobre todo pinzones vulgares y verdecillos-, alondras, bisbitas alpinas… En un bosquecillo de pequeños pinos nos sobrevuela a escasa altura un passeriforme, que casi de manera instintiva identificamos por su peculiar fisionomía. El ave nos hace un guiño, y se posa rauda en el suelo, a pocos metros de nosotros.
Lullula arborea. Ejemplar empapado fotografiado ayer.
Efectivamente, una desplumada y confiada totovía nos observa plácida. Después de las pertinentes fotos, levanta el vuelo por encima de las copas. Unos cientos de metros más allá encontramos un segundo individuo. En los pinos algunos Parus ater buscan insectos entre las acículas.
La tarde avanza y regresamos al cortado, donde un nuevo censo nos da un ejemplar más: 71 buitres.
Cinco carroñeras reparando el plumaje.
El caso es que un ejemplar despistado y alejado unas decenas de metros del grupo se nos escapaba, hasta que Ricardo advirtió su presencia.
Ejemplar de buitre leonado, con la cabeza teñida de rojizo.
Antes de irnos también escuchamos a una hembra de halcón peregrino recibiendo al macho con gritos de algarabía. Luego de escrutar con los telescopios las repisas próximas a la pareja, descubrimos el nido. Una antigua construcción de Corvus corax, ocupado por algún que otro polluelo a medio emplumar. Pero esto ya es harina de otro costal.
Seguiremos informando sobre la evolución de la buitrera, a ver si algún alimoche se deja caer…
martes, 6 de mayo de 2008
¿Quién no envidia en primavera a los Aigüamolls d´ Empordá?
El goteo de rarezas que durante esta inusual primavera han ido cayendo por el norte de Galicia han servido, en parte, para aliviar el escozor que la envidia sana nos provoca a algunos al leer casi cada día las inumerables -e interesantísimas- especies que los compañeros de Aigüamolls van registrando en su web, gestionada de manera impecable por Teresa Montrás y Jordi Martí.
Hace unas semanas, mi buen amigo L. J. Salaverri partió hacia Cataluña como cada primavera. Su objetivo no era otro que el de disfrutar de un ambiente ornitológico algo distante de los que por estos lares estamos acostumbrados y, si se daba la oportunidad, "bimbar" una nueva especie para su ya extensa lista de aves, algo sumamente complejo a estas alturas del negociado.
Pero Aigüamolls es mucho Aigüamolls, como ya señalaba yo en un post del pasado 22 de enero.
A día de hoy Luis ya está en nuestra tierra, de regreso, y con él se trajo unas joyas en forma de instantáneas, algunas de las cuales os cuelgo para compartir la calidad -fotográfica y ornitológica- de las mismas con todos los que tenéis a bien pasaros por este blog. Por supuesto, muchas gracias a Salaverri por cederlas desinteresadamente.
Para comenzar, todo un clásico de los abriles ampurdanos...
Tringa stagnatilis. Especie escasa, aunque habitual en migración prenupcial. L. J. Salaverri.
Las especialidades catalanas presentan una fluctuación anual llamativa. Algunos años pueden llegar a ser fenomenales para especies como el bisbita gorgirrojo (Anthus cervinus) mientras que a la vez el paso de cernícalo patirrojo puede estar siendo especialmente malo. Este mismo supuesto le sucedió a quien escribe en la temporada 2006 -cuando no fuimos capaces de localizar ni un solo ejemplar del cernícalo deseado- aunque a tenor de las más de 30 observaciones de Falco vespertinus de hace una semana, no debe ser el caso de este 2008. Los Tres Ponts y Mornau parecen lugares propicios para intentarlo, para muestra un botón:
Grupo de 4 Falco vespertinus, 2 machos (en los extremos) y dos hembras (al centro). L. J. Salaverri.
Volviendo a las limícolas, el área del Matá es una zona del parque de ineludible visita. Cientos (sí, cientos) de Tringa glareola, canasteras, cigüeñuelas, etc... deambulan por esta parte del humedal. Todavía retengo en la memoria aquel grupo de 4 correlimos de Temmick disfrutados por Jordi, Luis, Ricardo Hevia y yo en mayo...
Efectivamente, el Calidris temminckii es otra de esas especies que nos seduce a los galaicos, y que en mayor o menor número anualmente recala en Aigüamols. Jordi Martí da cada año la voz de aviso sobre la llegada de esta especie, por la que tiene una especial preferencia.
Calidris temminckii en el Matá. L. J. Salaverri.
Pero para aquellos que -como el que escribe estas líneas- sienten una especial devoción por los passeriformes, decir que en años favorables es relativamente sencillo observar especies tal que la carraca, vencejo pálido, mosquitero silbador (Phylloscopus sibilatrix), Motacilla flava cinereocapilla o el siempre interesante bisbita gorgirrojo.
Anthus cervinus. L. J. Salaverri.
Muchas de estas bisbitas casi se dejaban coger en el parque hace un par de temporadas, y no resultaba complicado poder disfrutar de algunos mosquiteros silbadores y numerosísimos papamoscas cerrojillos -con lustrosas libreas estivales- en las arboledas de Mornau. Este lugar es un buen punto para que los más ambiciosos no dejen de intentar el escasísimo Ficedula albicollis, que de cada cuanto puede dar la sorpresa.
El carricerín real (Acrocephalus melanopogon) también tiene su interés, ya que en la reserva está uno de sus últimos reductos de cría.
Con todo, tal y como sucede en la fachada gallega durante la migración postnupcial, la costa catalana registra en el paso prenupcial un buen puñado de rarezas, algo no desdeñable para muchos ornitólogos. Mención hecha del papamoscas collarino, o del zarcero icterino (hace un par de días el cuasigallego Albert Burgas ha visto uno), una especie que cada año se viene consolidando cada vez más como objetivo número uno de los twitchers es la escurridiza agachadiza real, de la que estos días se han dejado observar hasta 4 ejemplares juntos.
Gallinago media en el Matá. L. J. Salaverri.
Sí, sí. Habéis leído bien, cuatro agachadizas reales juntas... ¡¡¡algunas de ellas incluso cantando!!!.
Ver para creer. Dicho esto, y más allá del Circus macrourus con que Ortigueira nos ha agasajado en abril, o la cerceta aliazul de Valdoviño, dejando elanio y abejarucos en Galicia aparte... ¿quién no tiene una poca de envidia sana de Aigüamolls?
Yo sí.
Por cierto, de aguiluchos papialbos también saben un poquito por tierras gerundenses. Sólo un poco, vaya...
Hace unas semanas, mi buen amigo L. J. Salaverri partió hacia Cataluña como cada primavera. Su objetivo no era otro que el de disfrutar de un ambiente ornitológico algo distante de los que por estos lares estamos acostumbrados y, si se daba la oportunidad, "bimbar" una nueva especie para su ya extensa lista de aves, algo sumamente complejo a estas alturas del negociado.
Pero Aigüamolls es mucho Aigüamolls, como ya señalaba yo en un post del pasado 22 de enero.
A día de hoy Luis ya está en nuestra tierra, de regreso, y con él se trajo unas joyas en forma de instantáneas, algunas de las cuales os cuelgo para compartir la calidad -fotográfica y ornitológica- de las mismas con todos los que tenéis a bien pasaros por este blog. Por supuesto, muchas gracias a Salaverri por cederlas desinteresadamente.
Para comenzar, todo un clásico de los abriles ampurdanos...
Tringa stagnatilis. Especie escasa, aunque habitual en migración prenupcial. L. J. Salaverri.
Las especialidades catalanas presentan una fluctuación anual llamativa. Algunos años pueden llegar a ser fenomenales para especies como el bisbita gorgirrojo (Anthus cervinus) mientras que a la vez el paso de cernícalo patirrojo puede estar siendo especialmente malo. Este mismo supuesto le sucedió a quien escribe en la temporada 2006 -cuando no fuimos capaces de localizar ni un solo ejemplar del cernícalo deseado- aunque a tenor de las más de 30 observaciones de Falco vespertinus de hace una semana, no debe ser el caso de este 2008. Los Tres Ponts y Mornau parecen lugares propicios para intentarlo, para muestra un botón:
Grupo de 4 Falco vespertinus, 2 machos (en los extremos) y dos hembras (al centro). L. J. Salaverri.
Volviendo a las limícolas, el área del Matá es una zona del parque de ineludible visita. Cientos (sí, cientos) de Tringa glareola, canasteras, cigüeñuelas, etc... deambulan por esta parte del humedal. Todavía retengo en la memoria aquel grupo de 4 correlimos de Temmick disfrutados por Jordi, Luis, Ricardo Hevia y yo en mayo...
Efectivamente, el Calidris temminckii es otra de esas especies que nos seduce a los galaicos, y que en mayor o menor número anualmente recala en Aigüamols. Jordi Martí da cada año la voz de aviso sobre la llegada de esta especie, por la que tiene una especial preferencia.
Calidris temminckii en el Matá. L. J. Salaverri.
Pero para aquellos que -como el que escribe estas líneas- sienten una especial devoción por los passeriformes, decir que en años favorables es relativamente sencillo observar especies tal que la carraca, vencejo pálido, mosquitero silbador (Phylloscopus sibilatrix), Motacilla flava cinereocapilla o el siempre interesante bisbita gorgirrojo.
Anthus cervinus. L. J. Salaverri.
Muchas de estas bisbitas casi se dejaban coger en el parque hace un par de temporadas, y no resultaba complicado poder disfrutar de algunos mosquiteros silbadores y numerosísimos papamoscas cerrojillos -con lustrosas libreas estivales- en las arboledas de Mornau. Este lugar es un buen punto para que los más ambiciosos no dejen de intentar el escasísimo Ficedula albicollis, que de cada cuanto puede dar la sorpresa.
El carricerín real (Acrocephalus melanopogon) también tiene su interés, ya que en la reserva está uno de sus últimos reductos de cría.
Con todo, tal y como sucede en la fachada gallega durante la migración postnupcial, la costa catalana registra en el paso prenupcial un buen puñado de rarezas, algo no desdeñable para muchos ornitólogos. Mención hecha del papamoscas collarino, o del zarcero icterino (hace un par de días el cuasigallego Albert Burgas ha visto uno), una especie que cada año se viene consolidando cada vez más como objetivo número uno de los twitchers es la escurridiza agachadiza real, de la que estos días se han dejado observar hasta 4 ejemplares juntos.
Gallinago media en el Matá. L. J. Salaverri.
Sí, sí. Habéis leído bien, cuatro agachadizas reales juntas... ¡¡¡algunas de ellas incluso cantando!!!.
Ver para creer. Dicho esto, y más allá del Circus macrourus con que Ortigueira nos ha agasajado en abril, o la cerceta aliazul de Valdoviño, dejando elanio y abejarucos en Galicia aparte... ¿quién no tiene una poca de envidia sana de Aigüamolls?
Yo sí.
Por cierto, de aguiluchos papialbos también saben un poquito por tierras gerundenses. Sólo un poco, vaya...
jueves, 1 de mayo de 2008
De nuevo lúganos reproductores
Si no me falla mi ya cada vez más maltrecha memoria, fue en la primavera de 1998 cuando pude observar lo que por aquel entonces suponía el primer indicido de cría de Carduelis spinus en Galicia.
El caso es que encontraba dando un repaso a un extenso pinar de la siempre sorprendente sierra da Capelada -concretamente en su vertiente cariñesa- cuando una pareja de lúganos me sobrevoló, emitiendo su característico reclamo. La hembra, que precedía al macho, parecía portar en su pico material para la confección del nido.
La sorpresa fue mayúscula. Permítaseme la licencia de asegurar que pocos podíamos imaginar que un fringílido tan frecuente algunos inviernos en nuestros campos decidiese quedarse a criar entre nosotros.
El lúgano, conocido popularmente en Cariño como Cabecita, presenta un patrón de invernada irregular en cuanto a número de efectivos en la península Ibérica; hay años de verdaderas irrupciones masivas de aves procedentes de centroeuropa alternados con otras temporadas en las que se les observa de modo más esporádico. Durante los meses crudos es bien conocida la filia de esta especie por las formaciones de alisos (Alnus glutinosa), donde los grandes bandos se atiborran de semillas.
Meses después de aquel primer contacto, en esa mismo verano de 1998, pude localizar en la misma sierra un nidal con tres polluelos y contemplar, días más tarde, una pareja aleccionando a sus jóvenes volanderos en la tarea de buscar alimento. El indicio de cría se convertía así en la primera constatación de reproducción de este bonito fringílido en suelo gallego.
Curiosamente aquella misma temporada alguna que otra familia decidió hacer lo propio en la vecina sierra do Xistral, tal y como vino a testimoniar el compañero Xabier Vázquez Pumariño.
Con los años, se han ido verificando crías puntuales, muy al estilo de algunas especies de fringílidos irruptivos, tal es el caso por ejemplo de los piquituertos. Este año sí, el siguiente no, el tercero quien sabe...
En 2002, la primavera escocesa que me tocó vivir fue una gran oportunidad personal para, además de regocijarme con las especies propias de la abrupta Alba, seguir puntualmente las peripecias nidificantes de una ajetreada colonia de Siskins (como les llaman los anglosajones) en las lejanas Highlands de la isla de Skye.
Sus vuelos de celo son erráticos, algo así como una mezcla del mariposeo propio de Serinus serinus y los aleteos profundos de Carduelis chloris, y resulta siempre algo digno de contemplar. Y no es menos placentero el escuchar su retahila de trinos desde lo alto de las copas de las coníferas.
Carduelis spinus macho. Ejemplar fotografiado hace escasas fechas en la sierra de A Faladoira. (R.Hevia)
Por eso, cuando mi amigo R.Hevia fotografió al macho de Carduelis spinus que véis sobre estas lineas, hace escasamente una semana, la historia comenzó a repetirse. Parece que este año también han decidido quedarse para multiplicarse entre nosotros, en estos particulares Highlands que son la comarca de Ortegal.
Les seguiremos la pista, a ver que sucede.
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