Cruzamos entre los famosos Aguillóns de Ortegal, que como ocurre siempre hicieron las delicias de los navegantes. Nunca defraudan.
Y pronto, a las 2.3 millas del faro en dirección norte, comenzamos a elaborar esa extraña mezcla de pescado, aceite y palomitas de maiz que es el “chum” o macizo.
Pronto llegan las gaviotas patiamarillas y sombrías, que se enzarzan en un gran revuelo; y tras ellas, los págalos (fotos de Pep Arcos)
Las gaviotas cabecinegras también acuden a la cita, y un par de pardelas baleares, que no podían faltar en esta ocasión. Un álcido no identificado cruza de oeste a este, algo inusual a estas alturas del año….
Pero poco más que unos cuantos ejemplares por cada especie, así que decidimos seguir navegando mar adentro, hasta las 7 millas.
Ya en el 43º53´N, y hasta el 43º 56´N (desde las 7 hasta las 10 millas fuera de puntas), y mientras viento y mar arrecian duramente, volvemos a soltar cebo.
Cuatro págalos grandes (Stercorarius skua), un par de Gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus), una pardela pichoneta (Puffinus puffinus) y hasta un págalo pomarino juvenil de fase oscura (Stercorarius pomarinus) se unen a la fiesta.
Los págalos acosan incesantemente a las gaviotas, ante la atónita mirada de los ornitólogos. Pocas aves, pero se ponía entretenida la cosa..
También aparecen algunos alcatraces...
Una especie de delfín (no observado por mi) deleita al personal mientras nada pegado al casco por el costado de babor.
Pero hay que regresar ya. Son las 14:00, y la mar se ha puesto difícil. Mucho viento de componente SSW, que no deja de provocar chubascos de mar sobre nuestra cubierta y sobre las espaldas de alguno que otro. Comienzan a apreciarse varias bajas por mareo, aunque la identidad de los afectados no la desvelaremos… nos puede pasar a tod@s.
Y a eso de las 15:30 llegaremos a puerto, no sin antes descubrir a alguna Puffinus mauretanicus y a tres Rissa tridactyla siguiendo nuestra estela.
Una de ellas es joven, mientras que las otras dos son adultas, tal que ésta.
Y entre aguaceros arribamos en el puerto de Cariño. Sonrisas en las caras mojadas, algún mareo recuperado, y deseos de vernos pronto.
Aquellos participantes en el Taller que no habían navegado estaban visitando Estaca por tierra, aunque me contaban que también con escaso éxito. Mal día para las aves marinas, que le vamos a hacer.
Cada cual parte para su casa, yo para la mía, con anhelos de darse la merecida ducha.
El Taller Internacional sobre Ecología de Paiños y Pardelas en el Sur de Europa es ya historia. Y, particularmente, creo que ha valido mucho la pena… ¿y tú?.
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1 comentario:
José,
Muy prestosa tu historia. Hasta la próxima.
Un abrazo del Yepaaaaaaaaaaaaaaa
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