Así es. Parece haberse convertido en un axioma ineludible de este espacio en la red y, por ende, de su gestor. El lunes toca Rinlo, siempre que las circunstancias lo permitan.
Esta semana la rasa ribadense ha estado poco entretenida, para que engañarnos.
La cosa comenzó con un grupillo de 17 Arenaria interpres alimentándose en un prado cercano a la linea costera. Las limícolas se movían en un solo grupo, muy compacto, y con sus libreas ya casi estivales teñían el pasto de un ajedrezado peculiar. Después de comer, descansar...
Arenaria interpres en la costa de Rinlo.
Aunque ciertamente no todas las aves reposaban, sino que las más aseadas se dedicaban a la toilette.
Hora del baño. Incluso las limícolas más marinas aceptan la agua dulce de buen grado.
Dejo a los vuelvepiedras, parando de nuevo unos pocos metros más adelante en la charca artificial que se ha formado en las obras del proyecto de piscifactoria de la zona. El nivel hídrico se ha elevado sensiblemente, las límícolas -cigüeñuelas y archibebes comunes- han desaparecido y solamente un grupillo de 4 machos de Anas platyrhynchos (amén de las omnipresentes gaviotas) animaba la balsa.
Segundos después un bando de 9 Numenius phaeopus sobrevuelan la zona, pero desestiman posarse en ella, aterrizando en las rocas costeras.
Me aproximo poco a poco a Meirengos. El cielo no augura nada bueno a corto plazo, así que intuyo que la visita se abortará en breve. Sobre un cable sobresalen dos siluetas, la primera esta:
Emberiza calandra. Uno de los -al menos- dos machos cantores de Triguero presentes en el área Rinlo-Meirengos.
La segunda de las figuras sobre el alambre es la ya abundante Motacilla flava, subespecie M.f.iberiae. Los reclamos de esta especie son tan conspicuos como la librea de las aves.
Lavandera boyera (subespecie ibérica) en Meirengos.
Las primeras gotas caen sobre el limpiaparabrisas del coche, los augurios se convierten en realidad. Con los prismáticos repaso las estacas una por una, hasta que me encuentro con dos rapaces, una posada al lado de la otra. La mayor de ellas es un Buteo buteo, mientras que la otra parece un halcón peregrino. Me acerco un poco más para verificarlo y, sí, Falco peregrinus.
El ratonero -prudente como siempre- decide una retirada como salida diplomática, la falcónida ni se inmuta. Se trata de un ave de 2º año calendario, lo que no sé si influiría a tal osadía. Me bajé despacio del coche con el telescopio y la cámara preparados, utilizando el vehículo como parapeto. Asomé lentamente con todo el equipo armado y el ave se dejó.
Falco peregrinus macho de 2º año calendario. Las típicas plumas azuladas comienzan a despuntar en el dorso.
Pude hacerle una larga serie de fotografías, aunque las condiciones de luz y viento no eran las mejores.
Ya no dió la tarde para mucho más. El agua se cebó con la rasa, y los chubascos comenzaron a sucederse sin descanso. Qué le vamos a hacer, no siempre se puede hacer lo que a uno le apetece.
martes, 22 de abril de 2008
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