martes, 27 de noviembre de 2007

La bomba Vociferus


Sábado día 24 de noviembre, 13:00 h.

La mañana se presentaba apacible, con un sol otoñal suave acariciando el paisaje.

La caminata por el paseo marítimo de Cariño ayuda a relajarse, más si cabe si se hace en familia y con los peques sobrinos haciendo de las suyas. Es una manera diferente de iniciar el fin de semana, más allá del pajareo.

Con todo, uno siempre lleva consigo esa tensión propia de quien sabe que, en cualquier momento, puede sonar el temido mensaje de móvil.

"Demasiada gente en el campo en este momento...¡¡y en las fechas en las que estamos!!", me repetía mentalmente una y otra vez para mis adentros. Y, como decía la canción, pasó lo que tenía que pasar.A eso de las 13:07 suena mensaje. "Te acaba de sonar el móvil" me dice mi pareja, a lo que respondo con un "que peligro...".

Transcribo literalmente "Charadrius vociferus en Cecebre, agora mesmo.Unha aperta.Reenviado de Xabi".
Cara de póker, y la mente a funcionar para recordar que -si la memoria no me fallaba- en Galicia y en España sólo había dos citas previas homologadas por el CR/SEO de esta especie, ambas en Pontevedra y, una de ellas, de César Vidal.

El mensaje, como casi siempre, procedía de mi buen amigo Luis José Salaverri y hacía referencia a Xabi como observador. Por tratarse del embalse de Cecebre, deduje rápido que el afortunado había sido Xabi Varela. Decido rebotar a su vez el SMS a mi amigo Ricardo Hevia.
Así que a casa de la familia a comer, pero con unas prisas en el cuerpo que aconsejaban un final prematuro para la reunión familiar. Tras unas deliberaciones, decidí llamar a Xabi para que me pusiese al tanto de la situación. Y así hice.

Xabi Varela es ornitólogo de esos que uno espera encontrarse algún día en el campo. Amable, con perpetúa sonrisa en su cara y ataviado con sus gafas, Xabi parece de ese tipo de personas que siempre se desviven con uno y con los que habitualmente tienes la sensación de estar en deuda eterna. Un fenómeno vaya.
Además, en esto de las rarezas lleva una buena y -por los kilómetros que debe meterse entre cuerpo y espalda- merecida racha.
Agujeta escolopácea (Limnodromus scolopaceus), Correlimos pectoral (Calidris melanotos) o este Chorlitejo culirrojo (Charadrius vociferus), entre otras, así lo atestiguan.

Xabi, como es natural en él me atiende con cordialidad. Está en ese mismo instante viendo al ave, y me indica más o menos el punto de observación. Quedo con él en que, quizás y si las circunstancias me lo permiten, trataré de acercarme en las próximas horas (desde Cariño a Cecebre hay más o menos una hora y cuarto de carretera).
Lo siguiente es llamar al colega Ricardo Hevia, para ver si le apetece venir. Ricardo me cuenta que por motivos profesionales no puede, y que tiene en mente acudir a la mañana siguiente. Así que, tras pensarlo unos instantes, decido aceptar el reto de arriesgarme a esperar hasta la mañana del domingo día 25 para acudir al embalse en compañía de Ricardo.

He de admitir que no pasé una buena tarde, y que los nervios haberlos húbolos. Pero la jornada fue pasando rápidamente, como sucede siempre que uno está en buena compañía...

A las 7:30 horas del domingo salíamos ambos de Cariño. La helada nocturna había sido fuerte, así que las prendas de abrigo no sobraban. Cuando llegamos al pantano eran las 8:45 horas, y el termómetro marcaba los 0.5ºC.
Las luces del día apenas habían hecho más que romper, y creíamos ser los primeros en llegar pero... ¡ya había un coche aparcado cerca del observatorio!. Como no, Pablo Gutiérrez ya estaba allí, abrigado hasta los dientes.

Su saludo de buenos días fue un "¡no lo encuentro!".

Frente a nosotros las amplias praderas de fangosas que se habían creado en la cola del embalse producto de la sequía. Ahí debería estar el ave, en compañía de un grupo de chorlitos dorados y avefrías.
Efectivamente, varias decenas de chorlitos y algunas avefrías estaban presentes, dormitando totalmente "emboladas" en el fangal, entre los numerosísimos tocones de antiguos árboles que afloraban del lodo.

Pero ni rastro del ave.

Unos 15 minutos después, a eso de las 9:00h., llegan a la zona tres compañeros vigueses, capitaneados por Tito Salvadores. Se suma también un sexto observador, a quien no conozco y de quien no recuerdo el nombre (perdón). Ahora ya eran siete los telescopios que trataban de localizar a la limícola yankie, pero ni así; el desánimo hacía mella con el paso de los minutos.
Entre tanto, observaciones de azor juvenil, dos nutrias, anátidas de varias especies, seis somormujos lavancos, tres correlimos comunes, cuatro andarríos grandes y hasta un correlimos menudo cojo.
Hay quien pierde la paciencia y decide irse. Algunos resistimos, y a eso de las 11:00h. el grupo de Pluvialis apricaria y Vanellus vanellus comienza a desperezarse, coincidiendo con el deshielo y la llegada de un nutrido grupo de ornitólogos, a los que oíamos pero no veíamos por seguir buscando sin descanso al ave.
Al rato nos acercamos para ver que, apostados en el observatorio se encuentran viejos amigos astures como Pablo Fernández o Dani L.Velasco. Nos señalan que acaban de localizar al ave, siguiendo unas indicaciones que alguien había dejado en una especie de plano en la atalaya.

Tanto Ricardo como yo colocamos a toda prisa los teles y, efectivamente, a lo lejos se divisa por fin al chorlitejo.

¡¡Después de más de dos horas de búsqueda apareció!!. El "grupo vigués" también se une a la fiesta.

Pido perdón por la escasa calidad de las imágenes (obtenidas con el teles a x60), pero aquí está:



Este es el afamado Charadrius vociferus encontrado por Xabi Varela. Nótese la llamativa doble franja negra pectoral. La proyección caudal -que aquí no se aprecia- también es llamativa.



Y una toma frontal más...



Nadie parecía querer perderse detalle.



Después de una hora de disfrute -y de una animada tertulia- decidimos marcharnos de vuelta a Cariño.

Al final, la mañana ha valido la pena.

Por supuesto, hay que agradecer a Xabi Varela el haber avisado de la presencia del ave... ¡así da gusto!.

1 comentario:

Marcos Suárez dijo...

Creo que el observador anónimo era yo, gracias por permitirme usar tu tele para observar el chorlitejo.Estoy retomando la afición que aparqué por unos años( no totalmente).Coincido con Toñete en la ria do Burgo, el me avisó del culirrojo y por su blog me enteré del tuyo, que por cierto es de una gran calidad, enhorabuena y espero volver a coincidir contigo pajareando.