jueves, 7 de febrero de 2008

Twitching en los Países Bajos (III)


Barendrecht, lago edificado en buena parte de sus márgenes.

He de reconocer que el lugar donde se encontraba el pato no era el más salvaje del mundo, pero bueno… ¡¡ es lo que hay!!. Llegamos en menos de una hora, y en tan sólo 30 segundos localizamos al porrón; está vez me tocó a mi la lotería.

Cambiamos de orilla para acercarnos algo más, y venga a disparar fotos y fotos. Aquí está el bonito Bucephala:



Bucephala albeola macho. Bonito pato buceador de origen neártico.

Y otra vista más cercana del ave.



Y tras unos 40 minutos de observación, cambiamos de lugar. Estoy cayendo en la cuenta de que quien lea este texto podrá llevarse la errónea sensación de que nuestro viaje fue una maratón; nada más lejos de la realidad. Desde un principio nos propusimos pararnos a disfrutar de las aves cuando menos media hora, algo que cumplimos con creces (casi siempre alrededor de una hora, el escribano pigmeo, por ejemplo, fueron dos horas); pero es que teníamos tanto que ver...

Ahora estábamos a punto de encontrarnos con algo tan interesante como cualquier rareza: miles de barnaclas cariblancas juntas.
Es difícil de explicar en palabras lo que en aquel pólder vivimos. Steven nos decía que se habían censado semanas atrás unas 4.000 Branta leucopsis, pero Ricardo, Dani y yo rápidamente convenimos a lo unísono que tenía que haber muchísimas más. Quizás incluso el doble, o vaya usted a saber.

Y ni que decir tiene que no sólo había barnaclas cariblancas en el lugar; las cifras de ánsar careto grande (el ganso omnipresente en Holanda), aunque no tan impresionantes, no hacían ascos.



Pequeño grupo de B.leucopsis en el que está integrada una B.canadiense

Y buscando buscando… ¡¡Branta hutchinsii!!. La variedad pequeña de la barnacla canadiense no entraba en nuestros planes dado que no estaba localizada, así que les sacamos este bimbo a los holandeses, algo que siempre mola. Fue un hiperactivo Dani -como no- quien nos puso en alerta, y tras observar el ejemplar con detenimiento estuvimos de acuerdo. Steven rápidamente se puso a hacer llamadas…
Había otras barnaclas canadienses en el lugar, pero la comparación de tamaño entre ellas –y con las cariblancas- no dejaba lugar a las dudas.



Branta hutchinsii/minima entre barnaclas cariblancas. Nótense, entre otras cosas, su reducido tamaño corporal y su corto cuello.

(continuará)

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