viernes, 7 de diciembre de 2007
De puerto en puerto...
Vista de la playa y bahía de Covas desde el puerto de Celeiro (Viveiro).
Día, el de hoy, de puertos mariñanos y repaso a la ría de Cariño y Ortigueira.
Arranca la jornada ornitológica en Celeiro, y finaliza en O Puntal, parroquia de Feás (Cariño).
En el puerto de Celeiro, repasito a la ensenada y playa de Covas.
Después de mucho mirar y remirar, sólo he sacado 4 negrones comunes y un par de zampullines cuellinegros. Casi cuando marchaba, una hermosa hembra de martín pescador se posa en las escolleras, para deleite de quien escribe.
¡¡Qué guapos son!!
Martín pescador. Nótese la anilla en la pata izquierda.
Y esta además de guapa, presumida. Con anilla y todo.
Mientras tanto, en el puerto nunca falta quien vigile…
En O Vicedo otro martín pescador en las piedras del dique, este más introvertido. En el Cantábrico no hay puerto pesquero que se precie que no tenga el suyo...
Ni orilla costera sin andarríos chico; uno parecía querer unirse a la fiesta.
También en la bahía de este pequeño pueblo encuentro 6 zampullines cuellinegros y… 5 alcas. Una de ellas era esta, a la que -al igual que a mi me sucedía- no le estaba gustando nada el cariz que tomaba el semblante del cielo...
Alca torda. Uno de los cinco ejemplares presentes en O Vicedo.
Aunque parezca mentira aquí no vi ni el primer negrón común. Flipante.
De camino a casa, y ya en “nuestra” ría, me paro en la ensenada de Ladrido a ver si cae algo. Pero de nuevo nada de nada… Hoy no sonríe la fortuna.
Todo lo más que logré observar fue el bando de láridos que suele estar presente en el arenal y, como no, otro martín (el tercero de la jornada, como dirían en el argot taurino, ¡ole!).
Mientras comienza a orballar tímidamente me digo “marcho para casa, que hoy la cosa no acompaña…”. Con todo, al llegar a Feás –justo 7 kms. antes de arribar a casa- decido darme una nueva oportunidad.
Tuerzo a la derecha y me apeo en la ensenada de Esteiro. La marea está muy alta, así que la cosa tampoco pinta excesivamente bien. Un andarríos chico, un bisbita alpino...
En un prado próximo, un numeroso bando de fringílidos –puede que unos 150 pajarillos- se alimenta entre rastrojos; de cuando en cuando se elevan nerviosos a las copas de los manzanos.
Verderones y, sobre todo, pinzones vulgares son los protagonistas. Como por arte de magia se me enciende la bombilla y encuentro por fin una ocupación digna: buscar un pinzón real. La aguja en el pajar…
Y casi al momento, en la siguiente ola ascendente del bando, me pincho con la aguja: un hermoso ejemplar de Fringilla montifringilla entre las ramas del frutal.
No es especie muy usual en el municipio de Cariño esta, así que me apresuro a intentar fotografiarlo. Pude hacerle 3 fotos malísimas, de las cuales os muestro la menos mala (imaginad como serían las otras)…
Fringilla montifringilla. Especie escasa en Cariño.
...y es que cuando mejor lo tenía, cuando lo iba a afotar sin piedad, en ese mismo instante en el que colocas la cámara en formato “ráfaga” y después de enfocar te dispones a apretar el frío gatillo… ¡¡va y sale una paisana de una casa cercana!!. Y, evidentemente, el bando de granívoros sale disparado a tomar… (vientos).
Lo dicho, no es mi día. La suerte no acompaña.
Última parada: O Puntal.
Negrón especulado jov., 5 hembras o juveniles (o puede que hasta ambas cosas) de negrón común, 3 barnaclas carinegras juveniles (subespecie nominal B.bernicla bernicla), una gaviota cabecinegra adulta y hasta 70 archibebes comunes posados en las estacas de un cercado marisquero.
En la lejanía un colimbo que quiere ser ártico pero le cuesta…
Menos mal que hay sitios que nunca fallan. Se agradecen en días como hoy…
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