martes, 29 de abril de 2008

Hirundínidos

Los hirundínidos son uno de esos grupos de aves que no pasan desapercibidos para los ciudadanos. Por lo general, casi todas las especies son estivales en nuestra tierra, si cabe todavía más veraneantes en este norte del norte que es Cariño.

Aunque una especie -el avión roquero- es residente y no abandona sus cortados ningún mes del año, dentro de las estivales son las golondrinas (Hirundo rustica) aquellas que más tempranamente hacen acto de presencia en la comarca ortegana. Rondando el 12-13 de marzo pueden verse a las anduriñas ocupando sus territorios.

A estas les siguen los ribereños aviones zapadores, muy escasos en Ortegal, y luego llega el receso. Un mes de descanso, hasta que los aviones comunes y los veloces vencejos llenan el aire con sus cantos. Aunque la mayoría de los ciudadanos no los conocen, es bien seguro que su subconsciente relaciona el sonido que estas aves emiten con las tranquilas y soleadas atardecidas estivales.

Anteayer domingo los aviones habían tomado ya sus nidales en nuestra villa, casi un mes más tarde de lo que lo suelen hacer en el sur de la península Ibérica. Para no hacer ascos, 9 vencejos (Apus apus) planeaban ayer sobre los tejados del casco histórico de Ribadeo. Las aves van arribando en ola de sur a norte, como si de un tsunami se tratase.

Durante los próximos meses no sólo llenarán el ambiente con sus chillidos, sino que además sanearán nuestra atmósfera de los molestos insectos. Esta labor, un tanto sórdida, no será nunca valorada en su justa medida.

Pero ya se sabe, tras posibles presas llegarán también sus perseguidores por antonomasia: los alcotanes. En la naturaleza, casi cada vez que un grupo de especies se desplazan en busca de mejores condiciones vitales arrastran a quienes les dan caza.


Las plagas de lemmings son aplacadas por los búhos nivales, los esmerejones vuelan hacia el sur de Europa (España incluida) acechando a las alondras, por no hablar de los búhos campestres (Asio flammeus) que limpian comarcas castellanas como la de Tierra de Campos de los implacables topillos. Los alcotanes no iban a ser menos; el azote de golondrinas y vencejos.

Tener la fortuna de presenciar un lance alcotán-vencejo es uno de los mayores placeres que la naturaleza nos brinda. Hasta 200 Kms/h llegan a alcanzar unos y otros en los vertiginosos picados, ahí es nada. Y la cosa no es fácil para la falcónida, ya que en no pocas ocasiones deben ser los dos integrantes de la pareja quienes traten de dar caza a los escurridizos vencejos. El porcentaje de acierto es escaso, muy escaso.
El retorno a tierras africanas se produce de manera inversa a la llegada. A finales de julio los vencejos -primeros en llegar- desaparecen, y no es hasta bien entrado septiembre cuando aviones y golondrinas se dan las de Villadiego al continente negro.
En definitiva, como por estos lares todavía no tenemos la suerte de disfrutar de las golondrinas dauricas, o los vencejos reales y pálidos, se puede decir que ya estamos al 100% de velocistas de verano.

A disfrutarlos.

1 comentario:

Frondoso dijo...

Hola Xosé Miguel:

No es por nada colega pero ¿desde cuando los Vencejos (Apus apus) son hirundínidos? A lo mejor es que los de SEO han cambiado la lista de Voous (no me extrañaría) Vencejos: orden apodiformes, familia Apodidae. Escríbelo cien veces como Bart Simpson. Un abrazo majete y enhorabuena por el blog. Me lo paso pipa leyendo vuestras andanzas